El virus nos impidió viajar al exterior, pero nos obsequió un montón
de millas para mirar hacia adentro (ese paisaje misterioso que
postergábamos conocer).
Lejos, verdaderamente lejos, solo se va para
adentro.
Hay dos ciudades que son las escalas en este vuelo
personal: quiénes somos y quiénes soñamos ser.
El juego radica en
acortar la distancia entre ambos puntos, hasta hacerlos coincidir.
NICOLÁS JOSÉ ISOLA, LA NACIÓN DEL 17 DE ABRIL
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