"HABÍA MUERTO CON SENCILLEZ, SIN UNA SOLA PALABRA, RETIRÁNDOSE ENVUELTO EN UN GRAN SILENCIO, DE UNA MANERA CORRECTA Y ELEGANTE, DEJANDO A LOS DEMÁS EL BOCHORNO, COMO TAN A MENUDO OCURRE EN LA VIDA"
Thomasn Mann, "Los Buddenbrook", Décima parte, Capítulo VIII
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