El presidente se ha puesto al frente de
una guerra contra un enemigo invisible, como el mismo lo ha señalado.
Las últimas encuestas registran una
alta valoración de el y de su gobierno.
No debería confiar demasiado en la
voluble opinión pública para la toma de decisiones.
La “guerra”, algún día concluirá,
y las enseñanzas de la historia deberían hacerlo reflexionar sobre
un posible cambio del humor social.
Winston Churchill, luego de llevar a
Gran Bretaña a la victoria en la Segunda Guerra Mundial, fue
derrotado en 1945 por el laborista Clement Attlee, quien lo reemplazó
como primer ministro.
Y otra prueba más del variable
comportamiento de los electores: seis años después, Churchill
volvía a Downing Street 10.-
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