"Había enseñado muy explícitamente que la aprehensión apropiada de la composición sólo podía llegar a través de un estudio detallado de la lógica de las ideas musicales según habían ido desarrollándose históricamente desde Bach, vía Beethoven a Wagner y al nuevo sistema dodecafónico...
...Schönberg insistió en que se lo considerase maestro de "la composición dodecafónica, no de la composición dodecafónica"...
...Fue más sabio que sus propios seguidores, no solo porque percibió que sus innovaciones técnicas debían justificar a quien las emplease ante toda la tradición musical desde Monteverdi y Bach en adelante, sino porque comprendió igualmente que la propia música no debía ser una actividad autosufciente y para toda la jornada, una actividad a la que uno debiera entregarse con dedicación monástica y con exclusión de todas las demás...
Allan Janik y Stephen Toulmin, obra citada, capítulo 8
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