Si la escuela inclusiva tiene excelencia, todos los alumnos la tienen. Si la escuela inclusiva es mediocre, va a generar esa periferia, esa multitud de escuelas que se presentan como escuelas de excelencia.
Una cuestión central para la escuela inclusiva es el equilibrio en relación a la cantidad de alumnos con grandes dificultades, porque si el porcentaje es muy alto, nos arriesgamos a tener una escuela extremadamente problemática.
La escuela pública inclusiva tiene la obligación de ser equilibrada. Si la escuela inclusiva es la escuela para los pobres, apartada de las buenas escuelas que son selectivas, quiere decir entonces (que) la democracia y el sistema educativo fallaron.
Entrevista de Luciana Vázquez a Philippe_Meirieu | Enfoques, LA NACION del 10 de noviembre.-
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