Una mirada impresionista sobre el argentino medio arrojará que éste pertenece a la clase media (subjetiva u objetiva)...prefiere el empleo público al privado,...y es cada día más tolerante con la inflación, el embrutecimiento cotidiano y el deterioro institucional, siempre que pueda mantener el empleo y el consumo.
Sin embargo, y ésta es la paradoja, el argentino medio es quien torna viable al país.
Claro, un país que, por razones distintas, rechazan los más educados y sensibles, y los más pobres y miserables. Unos, porque no se asimila a sus sueños; los otros, porque no les permite tener sueños.
Otra característica del individuo medio es pensar a corto plazo, desentendiéndose de las inconsistencias del populismo.
El marxismo a lo Groucho de Kicillof no le compete. Lo suyo es el carpe diem .
Se trata de disfrutar los beneficios mientras existan y después ver.
Si los gobernantes no garantizan los resultados habrá que cambiarlos, pero no es hora de preocuparse por eso.
Eduardo Fidanza | LA NACION de hoy.-
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