"...regulaciones más estrictas, mercados difíciles y accionistas poco amistosos
están obligando a los bancos de Estados Unidos y Europa a reducirse y
concentrarse más en un área concreta.
La tendencia ha sido bien acogida por los reguladores e inversionistas porque
revierte la excesiva expansión, tanto en términos de geografía como de activos,
que precedió la crisis financiera.
Sin embargo, un análisis más profundo de la ola de desinversiones muestra un
efecto colateral preocupante: una balcanización de las finanzas a lo largo de
líneas nacionales, con implicaciones negativas para ahorristas, empresas e
inversionistas.
A primera vista, es una situación alentadora: los bancos se están librando de
"distracciones extranjeras" para concentrarse en lo que realmente conocen, que
son sus mercados internos
La mitad (del) colapso de los flujos financieros globales se debe a una caída
en los préstamos internacionales. En otras palabras, los bancos se están
refugiando en sus fronteras, rehusándose a prestar fuera de sus confines
nacionales.
La globalización tiene muchos enemigos, pero es difícil argumentar que una caída
tan acentuada en la capacidad de los bancos para lubricar los engranajes de la
economía global sea algo positivo. Los consumidores y las empresas no podrán
obtener tanto crédito como antes, mientras que las economías se expandirán a un
menor ritmo por la escasez de capital extranjero.
Pero eso no es todo. Los bancos están encogiendo sus balances y deshaciéndose de
activos en el exterior porque es más fácil impulsar sus ganancias y capital de
esa forma, en vez de arriesgarse a enojar a sus empleados con drásticos recortes
salariales o irritar a los accionistas diluyendo el valor con la venta de
acciones."
Francesco Guerrera, The Wall Street Journal Américas de hoy.-
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