"...está fehacientemente demostrada la implacable persecución a que fue sometido el músico para impedirle escribir óperas.
El obispo de Venecia, que sentía aversión por el espectáculo musical, no vaciló en poner a la terrorífica policía secreta veneciana tras el cumplimiento de esa prohibición.
Acosado impiadosamente, Vivaldi buscó el exilio en Viena, donde murió a poco de llegar y fue sepultado en un cementerio que ya no existe.
Hasta 1948, su nombre no figuró en la mayoría de las historias de la música.
Tampoco se escuchó la mayor parte de sus cuatrocientos y tantos conciertos ni se conoció alguna de sus más de treinta óperas.
Toda su música estuvo desaparecida."
JORGE ARÁOZ BADÍ, LA NACIÓN DE AYER.-
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