el problema mayor es la carencia de fondos para afrontar las obligaciones de la deuda en materia de fondos de pensiones y sistemas de seguridad social, que, según se calcula, ascienden a cuatro veces o más el tamaño de la deuda soberana.
Los gobiernos podrían aumentar los impuestos para sufragar una fracción mayor de los gastos, pero no es probable que ello contribuya al crecimiento e impondría una carga a la fuerza laboral y a los jóvenes que intentan insertarse. Y emitir más deuda para pagar las obligaciones más cercanas no hace más que cambiar la composición de las obligaciones.
La otra única opción es la reducción directa... significa cambiar los criterios sistémicos -como elevar la edad de jubilación-, lo que resulta políticamente polémico y difícil de hacer.
Michael Spence, profesor de Economía en la Escuela de Negocios Stern de la Universidad de Nueva York.. LA NACION DEL 28 de setiembre.-
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