La inclusión de cláusulas de acción colectiva (CAC) en los nuevos contratos de bonos puede ayudar a otros países a evitar el problema de los holdouts en el futuro.
Pero incluso las CAC pueden no solucionar todo el problema, porque están diseñadas de tal modo que aún permiten que una pequeña minoría de acreedores resista y por tanto impida una reestructuración ordenada.
Habrá que diseñar e imponer super-CAC o la comunidad internacional puede querer reconsiderar si la propuesta de 2002 del FMI para una corte de quiebras formal para deudores soberanos merece la resurrección.
No debe permitirse que los holdouts bloqueen las reestructuraciones ordenadas que benefician a deudores y acreedores.
Nouriel Roubini | LA NACION del 6 de julio.-
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