El Cabo Sunión, promontorio rocoso ubicado a unos 65 kilómetros al sureste de Atenas, en el extremo de la península de Ática, era utilizado como punto de observación de los barcos que ingresaban al Golfo Sarónico, el Mare Nostrum de los atenienses.
Debido a su valor estratégico el mismo se hallaba fortificado; las ruinas aún se pueden ver.
En el siglo V a. de C, al mismo tiempo que en Atenas se construía el Partenón, aquí se levantaba sobre la base de otro de la época arcaica, a sesenta metros de altura, otro templo -de estilo muy similar- en honor de Poseidón, otra de las divinidades principales de este pueblo marinero.
No se conoce el nombre de su autor, pero por su estructura y diseño podría suponerse que fue obra del mismo arquitecto que construyó el Hefestión, ubicado en el ágora ateniense.
Está mencionado en la Odisea, siendo el punto que Menelao detiene su marcha, de regreso de la Guerra de Troya, para enterrar el cuerpo de su fiel asistente Phrontes Onetorides
Sus columnas, de más de seis metros de alto y uno de diámetro, tienen 16 estrías en lugar de las 20 tradicionales en le estilo dórico. Hay quienes opinan que fue para protegerlas de la acción corrosiva del clima marino y otros suponen que fue debido a la fragilidad el mármol utilizado.
Hoy solos se conservan 16 de las 42 columnas dóricas originales. El poeta Lord Byron grabó su nombre en una de ellas.
En sus proximidades, Egeo, que da nombre al mar que baña sus costas, se suicidó, arrojándose a las aguas desde un promontorio, cuando divisó a lo lejos las velas negras de la nave de su hijo Teseo, quien había ido a Creta a vencer al Minotauro, y a quien su padre le había pedido que si triunfaba en el intento, izara velas blancas en su nave.
Teseo, vencedor del monstruo mitad hombre y mitad toro, regresaba victorioso a Atenas, más ¡ay!, olvidó el pedido de su padre...
Muy cerca, se encuentran las ruinas de un templo más pequeño dedicado a Atenea.-
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