sábado, 20 de agosto de 2011

EL FMI Y LA RÉMORA FRANCESA

Cada vez más alejada de la grandeur que el general de Gaulle había imaginado para Francia luego de triunfar en la segunda guerra mundial, no puedo sin embargo dejar de reconocer la impecable acción de la diplomacia gala, cada vez que hay que ocupar un lugar de poder en la escena internacional.

Hasta hace poco, dos franceses estaban a cargo de dos de los tres organismos rectores de la economia mundial: el Fondo Monetario Internacional (FMI) y el Banco Central Europeo (BCE).

Laa actitudes  personales del señor Strauss-Kahn privaron a Francia de ocupar el vértice de la pirámide del FMI y el mandato cumplido del señor Trichet le significó lo mismo en el BCE.

Rápido de reflejos, el presidente Sarkozy consintió que un italiano -Mario Draghi- fuera el nuevo titular del BCE pero exigió, contrariando los estatutos que consagran la independencia del banco de los gobiernos, que otro italiano miembro del directorio -Tommaso Padoa-Schioppa- renunciara, cosa que hizo.

Además, promovió para ocupar la vacante de su compatriota Strauss-Kahn en el FMI a su ministra de Economia Christine Lagarde, oponiéndola al Gobernador del Banco de Mexico Agustín Carstens, obtendiendo para ella el cargo, pese a que la señora Lagarde le anticipó al directorio del organismo internacional que en su pais era objeto de una investigación judicial relacionada con el ejercicio de su cargo ministerial, lo que no fue óbice para que la confirmaran en su nuevo puesto con sede en Washington.

Poco menos de dos meses después de su designación, el directorio del FMI ve como nuevamente la institución vuelve a ser tapa de los diarios, cuyos titulares aseguran que participó en la falsificación de documentos y que se encuentra cada vez más complicada en dicho affaire.

Paradojalmente, mientras la señora Lagarde debe hacer frente a estos graves cargos la eurocrisis se agrava, siendo esta posibilidad la que pesó en su elección, debido a su conocimiento de la situación europea. Al mismo tiempo se ha sumado la probabilidad de una nueva recesión internacional en desarrollo, lo que requiere un fuerte liderazgo del FMI y otros organismos multilaterales.

¿Podrá la nueva directora del FMI estar a la altura de las expectativas que aconsejaron al directorio su confirmación, o por el contrario y si bien por distintos motivos, el organismo financiero interncional  sigue siendo víctima de la rémora francesa?





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