Volviendo nuevamente a las tenencias de oro de los distintos bancos centrales publicadas ayer en Ámbito Financiero, hay un aspecto crucial y que no se menciona: ¿A que valor está registrada la tenencia áurea?
¿Por qué es crucial esta cuestión?
Porque en momentos como este de turbulencias en los mercados y riesgos de default de algunos países, si los bancos centrales continúan como en el pasado subvaluando sus tenencias de oro, al contabilizarlas a su valor de ingreso, y si este ocurrió hace por ejemplo diez años atrás, cuando la onza troy de oro se cotizaba a U$S 200.- estaríamos en realidad ante una reserva oculta en poder de tales entidades, equivalente a la diferencia entre el valor del oro contabilizado, U$S 200.-, y el del mercado presente, U$S 1.800.- aproximadamente.
Los bancos centrales al subvaluar sus tenencias, no hacen más que cumplir con un principio fundamental tanto de la contabilidad pública como de la privada: el principio de prudencia, según el cual una ganancia estará líquida y realizada solo cuando la venta de un activo se hace por mayor precio que el de compra y se cobra.
Pero este principio contable de prudencia, que tiende a evitar que se distribuyan utilidades que no son tales, no debería hacer que los lectores del balance de los bancos centrales pasen por alto la realidad económica, que no es otra cosa que la comentada reserva oculta que podría existir.
La existencia o no de tales reservas ocultas, y fundamentalmente su monto, podría cambiar radicalmente la calificación crediticia de un país, especialmente si este fuera uno de los que se duda que puedan honrar su deuda soberana.
Si ello ocurriera, no hay dudas que la actual crisis de deuda soberana que afecta a países y mercados, podría entrar en una fase de menor turbulencia.-
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