"El recuedo de los hechos vividos últimamente parecía encadenarle y decirle: "No; tú no nos dejarás ni te convertirás; serás como has sido siempre; seguirás exprimiendo tus dudas, un descontento eterno de ti mimso y el propósito de corregirte y ser otro hombre distinto, seguirás cayéndote y levantándote y sintendo ese anhelo isaciable de felicidad que se te ha negado y que no alcanzarás nunca".
Eso parecían decirle todos aquellos objetos que le rodeaban. Sin embargo, otra voz interior afirmaba que no debía someterse al pasado, sino poner todo su empeñoy su buena voluntad en vivir como daseaba"
León Tolsti, Ana Karenina, Parte 1, Capítulo XXIV
No hay comentarios:
Publicar un comentario