"UNOS DÍAS ANTES, WRONSKY HABÍA CONSIDERADO COMO UN DISPARATE Y UNA VERGÜENZA RENUCIAR A SU VIAJE A TACHKENT, EXPEDICIÓN LLENA DE POSIBILIDADES Y RIESGOS; PERO AHORA DECLINÓ SU MISIÓN SIN VACILAR Y, AL ADVERTIR LA PÉSIMA IMPRESIÓN QUE SU RENUNCIA PRODUJO EN SUS SUPERIORES, DIO SU DIMISIÓN POR DEFINITIVA.
AL MES SIGUIENTE, ALEJO ALEJANDROVITCH SE QUEDABA EN SU CASA SIN MÁS COMPAÑÍA QUE LA DE SU HIJO SERGIO.
Y ENTRE TANTO, ANA Y WRONSKY SE MARCHABAN LEJOS DE SAN PETERSBURGO, SIN PENSAR PARA NADA EN EL DIVORCIO."
LEÓN TOLSTOI, ANA KARENINA, CUARTA PARTE, CAÍTULO XXII
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