Los impuestos del gobierno y los aranceles de importación son responsables de gran parte de la discrepancia en los precios, pero durante años la creciente clase media china también parecía estar dispuesta a pagar más por productos que generan prestigio, sobre todo bienes importados. Y las empresas cobraban felizmente lo que el mercado soporta, percatándose incluso de que los precios altos pueden ayudar a proporcionar una percepción de calidad, ganando así clientes psicológicamente. En muchos casos, cuando los fabricantes extranjeros cobran más, los productores chinos siguen el ejemplo.
Ahora, sin embargo, cada vez más consumidores chinos están cambiando de actitud, preocupados por los altos precios y armados con la capacidad de comparar en otros lugares, gracias a Internet y más viajes al exterior.
Compradores disgustados como Guan Honglei, un
profesional de finanzas de 30 años que ahora sólo compra en sitios web
extranjeros o en Hong Kong, tendrán grandes implicaciones para los minoristas
que se han apresurado a expandir sus tiendas físicas en China
Los consumidores comparan los precios ofrecidos en el exterior con los que ven en las tiendas chinas y esperan para realizar compras cuando viajan, apunta James Button, gerente senior de la consultora SmithStreet, con sede en Shanghái.
En los bienes de lujo, las autoridades no han tenido muchas reservas a la hora de aumentar los precios de productos importados como la camioneta Cadillac Escalade, que tiene un impuesto de consumo de unos 386.000 yuanes (US$63.000
LAURIE BURKITT, THE WALL STREET JOURNAL AMÉRICAS DE HOY.-
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