El presidente del gobierno español parece haber adoptado el hábito de dar las malas noticias los viernes, porque, tal vez, adhiere a esa peregrina idea de que, cruzando los dedos, durante el fin de semana éstas se olviden, y que el lunes siguiente será el venturoso comienzo de otra nueva semana.
O, lo más probable, porque solo tenga malas noticias para comunicar, luego de la reuniones de gabinete de los viernes.
Ahora bien: una cosa es dar malas noticias, y otra decir sandeces, como las que dijo el ministro de Economía, Luis de Guindos, en el sentido que la "ayuda" oficial a los bancos "no tendrá efectos para los contribuyentes" ya que las entidades pagarán "un 10% de interés" al Estado a cambio de esa ayuda.
de_Guindos, un ex ejecutivo del quebrado banco de inversión Lehman Brothers y de la división financiera de Pricewaterhouse Coopers, no puede ignorar la estrecha relación existente entre la tasa de interés y la percepción del riesgo crediticio: cuando más riesgo entraña el deudor, mayor interés le exigen sus acreedores, hasta que la tasa es tan alta que el deudor no puede pagarla.
El Banco Central Europeo completó hace poco una billonaria asistencia a los bancos europeos a una tasa del 1% anual.
En este contexto, el señor de Guindos pretende hacerles creer a sus compatriotas que, prestándoles a bancos con problemas a una tasa diez veces más alta, ello no tendrá efectos para los contribuyentes.
Esto, si los bancos logran devolver el dinero claro, lo cual prima facie luce como una "misión imposible", considerando como se desarrolla actualmente la economía española, por lo que, lamentablemente habrá que esperar en esta materia nuevos "viernes negros de Rajoy".
¿Anunciará tal vez dentro de poco que el FMI se hará cargo del problema bancario español?
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