Muchas ciudades en el mundo tienen un monumento o construcción que se ha convertido en el ícono representativo de las mismas, y con el que inmediatamente se las asocia.
Así, por citar algunos, la torre Eiffel lo es para París, como el Coliseo a Roma, la Estatua de la Libertad a Nueva York o el Obelisco a Buenos Aires.
Jerusalén también tiene su ícono: la Cúpula o Domo de la Roca, ubicada en el centro del Monte_del_Templo o Explanada de las mezquitas, también conocido erróneamente como la mezquita de Omar, debido a que fue el lugar donde el califa rezó luego de conquistar la ciudad, pero que nunca fue utilizado para la oración, la que se practica en la cercana mezquita de Al-Aqsa.
Por el contrario, su fin fue ser como un gran cofre para guardar la Santa Roca, el lugar desde donde Mahoma subió al cielo, acompañado del arcángel Gabriel, para encontrarse con Dios, constituyéndose por ello en un lugar sagrado para los musulmanes.
Pero, y aquí está el conflicto, el lugar es también sagrado para los judíos, para quienes la roca es el lugar donde Abraham estuvo a punto de sacrificar a su hijo Isaac, siguiendo la orden de Dios, que lo puso a prueba para comprobar su obediencia; donde Jacob vio la escalera para subir al cielo -curiosa similitud con el Islam- y donde se encuentra el corazón del Templo de Jerusalén.
Este último tuvo a lo largo de la historia varias vicisitudes: construído el primero por Salomón en el siglo X a.de C., fue destruído a fines del siglo VI a. de C. por Nabucodonosor, quien además llevó cautivos a los judíos a Babilonia.
Fue reconstruído cincuenta años más tarde, luego del retorno del cautiverio, demoliéndose alrededor del año 19 a. de C. para dar lugar al segundo templo, construído por el rey Herodes el grande y destruído nuevamente por los romanos en el 70 d. de C, luego de la rebelión judía contra el imperio romano, quedando desde entonces solo en pie la pared occidental, el llamado Muro de las Lamentaciones, venerado por los judíos como el último hogar de la presencia divina y el lugar donde se construirá el tercer y último templo con la venida del Mesías.
Como se ve, los musulmanes no destruyeron el templo, ya que tomaron Jerusalén recién en el año 638 d. de C. (fueron expulsados recién a fines en 1917 por los ingleses durante la Primera Guerra Mundial), pero la construcción del domo entre 687 y 691, en un lugar sagrado para los judíos, es lo que ha desatado la milenaria disputa.
Pero no es la única.
La muralla que rodea a la ciudad vieja tiene ocho puertas, de las que solo un permanece cerrada: la Puerta Dorada
Cercana al Domo de la Roca, fue sellada por el sultán Solimán el Magnífico en 1541, tal vez con fines defensivos.
¿Cual es el conflicto entre judíos y musulmanes por este tema?
Para la tradición judía, esta es la puerta por la que el Mesías entrará a Jerusalén, por lo que sugieren que al sellarla, el sultán lo hizo para evitarlo.-
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