Frente al dislate finlandés de exigir garantías a Grecia a cambio del nuevo paquete de ayuda para superar su crisis, Atenas le envió un "baño de realidad" a Finlandia y al resto de los miembros de la eurozona.
En efecto, la Comisión de Control Presupuestario, compuesta por analistas independientes, informó ayer Urbi et Orbi que la deuda griega "está fuera de control" y los objetivos de reducción del déficit, exacerbados, por una profunda recesión, que amenaza con anular los ¿beneficios? del nuevo plan de rescate.
Lo expuesto, no es nuevo para los lectores del blog, pero ahora no lo digo yo, sino los presuntos beneficiados...
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