Ha sonado la campana final de una configuración en la cual todavía los
viejos podían ofrecer algún aporte valioso en el presente.
La ideología circulante en las redes sociales muestra esto con una evidencia acentuada por la brutalidad del tono. A los viejos se los increpa con una inquina que hoy no sería aceptada si se tratara de mujeres. Deben callar y retirarse. Deben aceptar el recambio generacional.
Un rasgo del presente acentúa la libertad de insulto en las redes: no se
valora la formación salvo que sea ejercida por un joven que desautoriza
a un viejo. Las redes, en su conjunto, tienden a la incultura... por definición, por esencia, lo joven es superior a lo viejo. La
juventud no es solo una etapa más vital, sino más creativa, más
inventiva, más dinámica.
La experiencia es un lastre, no una dimensión
donde pueda producirse conocimiento.
Por lo tanto, en la perspectiva del recambio es innecesario tolerar a los viejos.
BEATRIZ SARLO, PERFIL DE HOY
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