"Fue, pues, en Italia, y no antes del siglo XVI, donde debió aparcer esta figura singular. Fue en Italia y e el siglo XVII donde una princesa dijo, tomando un helado con delectación al término de un día muy caluroso: "¡Qué lástima que no sea pecado"!
Este sentimento conforma, a mi criterio, la base del carácter de Don juan; y como se ve, es necesaria la religión cristiana"
Stendhal, Crónicas italianas, Los Cenci
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