"BOUVARD SE "MOSTRÓ RESUELTAMENTE WAGNERIANO". A DECIR VERDAD NO CONOCÍA UNA SOLA PARTITURA DEL "GRITÓN DE BERLÍN"...PORQUE NO SE LAS PUEDE OÍR EN FRANCIA...NI EN MUNICH, DONDE NO SE CONSERVÓ LA TRADICIÓN, NI EN BAYREUTH, QUE INFECTARON INSOPORTABLEMENTE LOS "SNOBS". ES UNA FALTA DE SENTIDO ENSAYARLAS EN EL PIANO: ES NECESARIO LA ILUSIÓN DE LA ESCENA ASÍ COMO EL SOTERRAMIENTO DE LA ORQUESTA Y LA OSCURIDAD DE LA SALA...
...GOUNOD LO HACÍA REÍR Y VERDI GRITAR. MENOR SEGURAMENTE QUE ERIK SATIE...
BEETHOVEN, SIN EMBARGO LE PARECÍA CONSIDERABLE, A LA MANERA DE UN MESÍAS...SIN HUMILLARSE PODÍA SALUDAR A BACH EN UN PRECURSOR.
SAINT-SAENS CARECE DE FONDO Y MASSENET DE FORMA, REPETÍA SIN CESAR...PARA BAUVARD AMBOS ERAN IGUALMENTE DESPRECIABLES..."
Marcel Proust, "Los placeres y los días": Mundanalidad y melomanía de Baouvard y Pecuchet.-
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