"Los años kirchneristas se han convertido en los años de la gran separación: ellos y nosotros.
...los kirchneristas no se aglutinan en torno de las ideas que su gobierno enuncia. Se aglutinan en torno de creencias.
Para que la necesidad de creer se convierta en creencia es necesario construir un relato, que es antes teológico que político: la unidad religiosa entre Dios, el hombre y el mundo se metamorfosea en la unidad entre el Estado, el gobierno y el pueblo, que forman así un nexo indisoluble.
De allí la aspiración a una nueva Edad Dorada en la cual el individuo será por fin sustituido por el grupo y la sociedad por el Estado, en el marco de un excepcionalismo argentino que debe ser protegido de la historia por medio del aislamiento y la autopurificación.
Como en toda teología, la promesa fundada en la fe es más importante que la evidencia."
Alejandro Katz, La Nación de hoy.-
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