Días pasados, por razones de trabajo, debí viajar a Manhattan, a donde llegué en medio de una ola de calor, que elevó las temperaturas por encima de los 35 grados C con muchísima humedad, lo que hizo mi vida bastante difícil allí.
Puede parecer una obviedad, pero cada vez que arribo a la isla, no hago sino pensar que, como Buenos Aires con respecto al resto de la Argentina, Manhattan no tiene nada que ver con el resto de los Estados Unidos. Tal vez por eso los dos representantes neoyorkinos -el ex alcalde republicano Giuliani y la senadora demócrata Clinton- que partieron en las primarias presidenciales como los dos precandidatos con más posibilidades, terminaron perdiendo la contienda. Dos postulantes a la Casa Balanca provenientes de la Gran Manzana le deben haber parecido too much al señor de Wichita, Kansas o a la señora de Kalamazoo, Michigan...
La dicotomía cañones o manteca aparece hoy claramente en la ciudad: piquetes de policías con sus patrulleros, ambulancias y carros de bomberos estacionados en las principales esquinas son una imágen frecuente. Imagino que debido al costo de este operativo de seguridad -que también se extiende al aeropuerto Kennedy, al edificio de las Naciones Unidas y a los museos más importantes de la ciudad como el Metropolitano y que incluye además cámaras de filmación en los principales puntos de la isla- el espacio público, debido a la falta de recursos, luce más deteriorado que nunca, con la sola excepción de los parques y plazas. Además del tradicional Central Park encontré muy lindo al Bryant Park, detrás de la monumental Biblioteca Pública, el que con sus mesas y sillas públicas se ha convertido en un lugar de reunión, siempre lleno de gente.
Los puentes sobre el East River, entre los que se encuentran los más emblemáticos de la ciudad, no solo están despintados, sino que en algunos casos sus estructuras metálicas lucen oxidadas como sucede con el Queensboro Bridge que vincula Manhattan con Queens y que es una de las puertas de entrada a Manhattan para los viajeros que llegan desde el aeropuerto Kennedy; descender a algunas estaciones del metro es como hacerlo a una especie de abismo, tal su descuido y suciedad y en pleno centro, se encuentran en el pavimento baches de una dimensión y profundidad casi geológica...
Otro punto negativo de la ciudad lo constituye la enorme cantidad de bolsas de residuos que sacan a la calle los restaurantes, las que debido al gran calor daban un olor bastante desagradable.
En cuanto a lo humano, cada vez más Nueva York se asemeja a una enorme Torre de Babel, con su mezcla de razas, creencias, religiones, lenguas. Este fenómeno se ha potenciado en los últimos tiempos por las legiones de turistas que acuden a la Gran Manzana para hacer tours de compras, debido a la devaluación del dólar con relación a sus monedas nacionales, lo que ha llevado a que todos los hoteles estén llenos y a que cobren precios altísimos por el hospedaje, aún los de menor categoría y ubicación no tan buena. El castellano se ha afianzado como el segundo idioma de la isla, y es hablado con fluidez hasta por los comerciantes chinos. ¡¡¡Que distantes están los tiempos en que solo se hacían avisos en español ofreciendo asistencia a las mujeres golpeadas, a los alcohólicos y a los inmigrantes ilegales!!! Hoy hasta la marca Cadillac anuncia sus caros automóviles en español... El desfile del "Orgullo Puertorriqueño", celebrado el domingo 8 de junio en la 5a. avenida, congregó a más de un millón de personas y a través de grandes carteles colocados a lo largo de la misma, American Airlines se proclamaba como la aerolínea hispana...
Si bien no justifico la xenofobia whasp (white, anglosaxon and protestant) y las políticas antiinmigración duras, no puedo dejar de comprender esa sensación de pérdida del reino que parece apoderarse de ellos frente a la avanzada de otras razas y culturas.
Finalmente han aparecido nuevos rascacielos por doquier, permaneciendo algunos sin terminar, pienso que debido a la crisis inmobiliaria desatada a mediados del año pasado, y al tiempo que muy lentamente se van levantando en el ground zero los nuevos edificios que reemplazarán a las torres gemelas destruídas el 11 de setiembre de 2001, en Harlem, la histórica casa de Alexander Hamilton -el primer Secretario del Tesoro norteamericano y fundador de The Bank of New York en 1784, el que todavía funciona con el orgullo de su pasado- fue trasladada unos metros desde su ubicación original, debido a un emprendimiento inmobiliario que se está desarrollando en terrenos alrededor de su antiguo emplazamiento.-
4 comentarios:
Qué bueno Hugo, me alegro.
Debe estar lleno de turistas europeos con euros listos para llevarse todo. Un deme dos primermundista.
así es iván, principalmente españoles e italianos, algo menos franceses.
lo que me sorpendió es no ver demasiados británicos, para quienes el cambio es aún mucho más favorable!!!
Ahora que me lo decís me sorprende bastante, porque creí que eran mayoritariamente britones los que iban.
Muy interesante, Hugo!
Un pantallazo de NY que no creo se pueda leer en otro lado!
Gracias!
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