Marcel Duchamp verdadero enfant terrible del arte contemporáneo, desacralizó con sus famosos ready made la obra de arte. A su "Rueda de bicicleta sobre un taburete" de 1913 le siguió su famoso orinal titulado "Fuente" de 1917. Pero esta actitud de Duchamp, lejos de convertirlo solo en un simple provocador, preparó el terreno para una reflexión sobre el Arte en el siglo XX.
Así nos lo recuerda el prestigioso crítico Jorge López Anaya en su columna de la última edición de "Arte al día" de Buenos Aires, al hacer mención a los cincuenta años de la conferencia que Duchamp dio en el coloquio de la American Federation of Arts, en Houston, Texas, dedicado al análisis del "arte creativo" y cuyo texto fuera publicado en 1957 en la revista Art News.
Cito a continuación dos consideraciones de Duchamp, una sobre el Arte y otra acerca el papel que le cabe al espectador frente a la obra de arte:
"Quisiera poner en claro mi interpretación de la palabra "Arte"...quiero decir, simplemente, que el arte puede ser bueno, malo o indiferente, pero cualquiera sea el epíteto empleado, debemos llamarlo arte: un mal arte es a pesar de todo, arte, de la misma manera que una mala emoción sigue siendo una emoción".
"En conjunto, el acto creativo no está realizado solo por el artista: el espectador pone la obra en contacto con el mundo exterior descifrando e interpretando sus cualificaciones internas y, en esa forma, añade su contribución al acto creativo. Esto resulta más obvio aún cuando la posteridad pronuncia su veredicto final y, en algunas ocasiones, rehabilita a artistas olvidados"
¿Que opinan de ustedes sobre estos dos conceptos?
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