lunes, 29 de marzo de 2021

Números chinos

Los datos

Un estudio publicado este mes de marzo por la Unión de Bancos Suizos y difundido por el medio suizo Le Temps, da una idea sobre el sentido real de esa carrera. Son apenas ejemplos, pero ilustrativos. Los Estados Unidos cuentan con 293 mil robots industriales, 113 supercomputadores y dedica 5% de su PBI a Investigación y desarrollo (cifras de 2013 – 2018). Los números chinos, para esos mismos conceptos son: 783 mil robots, 214 supercomputadores y 10,6% del PBI invertido en Investigación.

Estados Unidos, adicionalmente, debe recuperar el atractivo norteamericano como un sitio seguro y robusto para la inversión internacional. Un dato es relevante sobre esa preocupación. La inversión extranjera directa en EE.UU. se desplomó 49% a 134.000 millones de dólares el año pasado, según un informe publicado por la Conferencia de las Naciones Unidas sobre Comercio y Desarrollo.

Por el contrario, en China creció 4% hasta los 163.000 millones de dólares en 2020, la primera vez que se revierte esa tendencia a favor del gigante asiático. China es ahora el mayor receptor mundial de inversiones de empresas extranjeras en un amplio y complicado panorama global donde, por ejemplo, la inversión, en el mismo período, cayó 100% en el Reino Unido, 96% en Rusia o 61% en Alemania.

Por lo tanto, no es claro, ni quizá sea posible que se pueda modificar o detener el empuje de la República Popular para evitar que se convierta en un puñado de años en la mayor potencia económica del orbe como Trump pretendía impedirlo. Comprender eso es crucial para la estrategia futura como también el hecho fáctico de la relevante contribución de la República Popular, en orden del 30%, a la expansión de la economía global tras el desastre del coronavirus.

Para las corporaciones estas cuestiones están resueltas. Un reciente sondeo a tono con los datos de las Naciones Unidas, realizado por el Standard Chartered Bank con sede en Londres y la revista financiera Funds Europe, determinó que “más de 90% de los encuestados remarcó que la importancia de la República Popular continuará creciendo en sus estrategias de inversión y 61% indicó que aumentará sus colocaciones en activos chinos en los próximos 12 meses.

Eso se basa en que el Imperio del Centro cuenta con una clase media consumidora sin comparación en el resto del mundo de casi 500 millones de integrantes, tamaño que se duplicará en unos pocos años. La elocuencia de ese mercado estrecha en gran medida los otros debates y vuelve al gigante asiático imprescindible para Occidente. Como señaló recientemente en tono crítico The Economist, radica ahí la razón por la cual las grandes corporaciones globales “pasan por alto” las denuncias de abusos, autoritarismo o violaciones que llenan el discurso político occidental contra Beijing.

MARCELO CANTELMI, CLARÍN DEL 26-3

 

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