"DESPUÉS DE UNA CENA QUERÍA DAR TRESCIENTOS FRANCOS DE PROPINA AL MAITRE...TODOS SE PRECIPITARON SOBRE ÉL PARA IMPEDIR ESE MAL EJEMPLO , PERO NO LES HIZO NINGÚN CASO.
JEAN COCTEAU, POR SU PARTE, NOS CUENTA: "YO SALÍA CON PROUST DEL HOTEL RITZ. HABÍA DISTRIBUÍDO EN PROPINAS TODO LO QUE LLEVABA EN EL BOLSILLO.
AL LLEGAR ANTE EL PORTERO, SE DIO CUENTA DE ELLO, Y LE PREGUNTÓ SI PODÍA PRESTARLE CINCUENTA FRANCOS.
"DE HECHO -AÑADIÓ MIENTRAS EL PORTERO SE APRESURABA A ABRIR SU CARTERA-, GUÁRDELOS. ERAN PARA USTED"
"... EL NO SE SINTIÓ CON FUERZAS PARA ACOMPAÑARLOS AL COMEDOR. HUELGA DECIR QUE AMBOS ERAN SUS INVITADOS Y QUE LA CENA CORRÍA A SU CARGO. AMBOS SE NIEGAN, PERO ANTE LA INSISTENCIA DE MARCEL, VAN AL RESTAURANTE Y SE ENCUENTRAN CON UN MAITRE QUE LES ACONSEJA LOS PLATOS MÁS DELICADOS Y MÁS CAROS. ELLOS LOS REHÚSAN, Y CENAN MUY BIEN, PERO CON SENSILLEZ, Y CUANDO VUELVEN A REUNIRSE CON MARCEL, ÉSTE LES MONTA UNA ESCENA TERRIBLE, PORQUE VE SU DISCRECIÓN COMO UNA OPOSICIÓN A SU VOLUNTAD, UNA OFENSA A SU DIGNIDAD. ¡HAN ECHADO A PERDER TODO EL PLACER DE VERLOS!
René Peter, "Una temporada con Marcel Proust", capítulos 8 y 12
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