Cuando todo hace indicar que Mitt Romney será el desafiante republicano que tendrá que enfrentar el presidente Obama en las próximas elecciones presidenciales norteamericanas, una encuesta entre los votantes da cuenta de que el primero es mejor visto para hacerse cargo de la economía, mientras que al segundo se lo percibe más cercano a los problemas del americano común.
Lo que no hace más que reiterar el viejo prejuicio difundido por los grandes medios de Wall Street, que han resaltado siempre la actitud menos pro empresaria de los demócratas frente a la de sus tradicionales rivales republicanos.
Sin embargo, un trabajo estadístico publicado por Floyd Norris en la edición del International Herald Tribune del 24-25 de marzo de 2012, viene a corroborar con la fuerza de los números y no de las palabras, que ello no es así.
Veamos los cambios producidos en el PBI norteamericano durante los gobiernos demócratas y republicanos de los últimos cincuenta años:
(D) Kennedy-Johnson, 1961-1963, +5,2%
(D) Johnson, 1965-1967, +5,1%
(R) Nixon, primer perído, 1969-1971, 2,1%
(R) Nixon-Ford, 1973-1975, 1,5%
(D) Carter, 1977-1979, 4,3%
(R) Reagan, primer período, 1981-1983, 2,4%
(R) Reagan, segundo período, 1985-1987, 3,8%
(R) Bush padre, 1989-1991, 1,4%
(D) Clinton, primer período, 1993-1995, +3%
(D) Clinton, segundo período, 1997-1999, +4,7%
(R) Bush hijo, primer período, 2001-2003, +2,1%
(R) Bush hijo, segundo perído, 2005-2007, 2,5%
(D) Obama, 2009-2011, +1,4% (luego de la profunda crisis de 2008, a fines del gobierno de Bush hijo)
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