A la candidatura paneuropea de la francesa Christine Lagarde y del mexicano Agustín Carstens para el cargo de Director-Gerente del FMI, se ha sumado la de Stanley Fischer, actual titular del Banco Central israelí, y ex Subdirector-Gerente del organismo.
La candidatura de Fischer, más técnica que las otras, debido a su perfil de docente y funcionario internacional, probablemente cuente con seguidores entre el staff del Fondo, más permeables a ese tipo de curriculums, que a los políticos que se desempeñan en el board, de los que Lagarde y Carstens -en caso de ser elegidos- serían un ejemplo.
Al mismo tiempo, si bien Fischer tiene la doble ciudadanía norteamericana e israelí, el hecho que actualmente sea funcionario público en Israel, podría hacerlo un candidato de unidad, sin que se viole el acuerdo fundacional no escrito, según el cual un norteamericano no puede estar al frente del Fondo.
En cuanto a su gestión anterior, la misma coincidió con el apoyo del FMI al plan de convertibilidad argentino, y su fracaso en 2001, que afectó su prestigio como el de muchos otros miembros del staff que lo secundaron, probablemente fue uno de los motivos por los que se alejó del organismo.
Frente a este antecedente, no parece el mejor candidato para que el Fondo encare la crisis de la eurozona, similar en sus aspectos técnicos -no políticos- a la de la convertibilidad argentina.-
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