"NUESTRA DESGRACIA (FUE) QUE NO HABÍAMOS TERMINADO DE LEVANTAR UNA NACIÓN CUANDO EL MUNDO QUE LE HABÍA DADO ORIGEN COMENZÓ A CRUJIR Y LUEGO A DERRUMBARSE, DE MANERA QUE ACÁ NO TENÍAMOS NI SIQUIERA UN SIMULACRO DE LA ETERNIDAD QUE EN EUROPA SON LAS PIEDRAS MILENARIAS O EN MÉJICO, O EN CUZCO. PORQUE ACÁ NO SOMOS NI EUROPA NI AMÉRICA, SINO UNA NACIÓN FRAGMENTADA, UN INESTABLE, TRÁGICO, TURBIO LUGAR DE FRACTURA Y DESGARRAMIENTO"
ERNESTO SÁBATO, SOBRE HÉROES Y TUMBAS, II LOS ROSTROS INVISIBLES, XXV
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