La famosa cuestión de "el mostrador" versus la macroeconomía.
-Exacto. Permítame ilustrar el punto con el siguiente cuento. Una persona vendía panchos al costado de una carretera. Era sorda y por lo tanto no escuchaba la radio; no veía muy bien, y en consecuencia no leía los periódicos. Pero vendía buenos panchos y por consiguiente cada vez le iba mejor. Su hijo se trasladó a una gran ciudad, para estudiar en una universidad muy prestigiosa. Cuando regresó, con el doctorado bajo el brazo, vio cómo se había expandido el negocio de su padre. Luego se saludarlo, le dijo: "Papá, estamos atravesando una gran crisis, la situación está francamente mal, no podría ser peor". Sordo y muy corto de vista, el padre ignoraba todo esto y se concentraba en su floreciente negocio, pero considerando todo lo que había estudiado el hijo, le hizo caso. Se achicó, podó los gastos y las ventas disminuyeron día a día. El padre, prestándole más atención a su hijo que al mostrador, se terminó fundiendo.
Usted fue profesor universitario, pero cuestiona los estudios.
-De ninguna manera, lo que estoy diciendo es que la toma de decisiones tiene que basarse en diagnósticos realistas.
Diálogo imaginario entre Juan Carlos de Pablo y Siro Lombrdini (1924-2013), quien además de profesor fue senador, ministro y presidente de un banco. La Nación del 10 de diciembre.-
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