"Desde el lanzamiento del euro en 1999, los costos laborales alemanes subieron menos de 13% acumulado. Durante ese período, los costos laborales griegos, españoles y portugueses subieron 20% a 30%, y en Italia aún más. No sorprende que Alemania tenga un superávit comercial de 6% del PBI, mientras que Grecia, Italia, Portugal y España no registran ninguno. Ninguna unión bancaria o armonización fiscal servirá mientras continúen los desequilibrios.
La situación podría generar unos pocos escenarios:
Primero, podría tener éxito la austeridad en los países periféricos, es decir que bajan los costos y precios en relación con sus vecinos de la eurozona, y que eso conduce a una mayor competitividad, a una eventual recuperación de los estándares de vida y la fuerte caída del desempleo.
Segundo, los países periféricos podrían seguir estancados. La desocupación ahora es de 22% en Grecia, 24% en España, 18% en Portugal, 15% en Irlanda y 10% en Italia, comparado con el 8% en EE.UU. y Reino Unido).
Tercero, Alemania y otros países del norte de la eurozona podría continuar con más políticas de expansión (es decir inflacionarias), para disminuir la agonía del sur. Podría seguir subsidiando a los periféricos indefinidamente.
En el cuarto posible escenario, uno o más periféricos abandonan la eurozona. El infierno se desataría, no sólo entre los países que salen sino también entre los que quedan adentro, donde los bancos tienen grandes activos en euros que podrían depreciarse en sus libros contables. Pero finalmente, los ex miembros de la zona euro podrían resurgir con desempeños más tolerables.
Si tuviera que apostar a uno de los cuatro escenarios, pondría el dinero en el número cuatro. Pero no apostaría a cuándo sucederá. Todos se preguntan cuál es el cronograma que se aplicará en la desintegración del euro."
SAMUEL BRITTAN, EL CRONISTA COMERCIAL DE AYER.-
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