Durante los últimos años, Wall Street labró el mito que establecía que las remuneraciones de los ejecutivos de las firmas debían guardar relación con el agregado de valor a los accionistas.
Como se vio antes con el caso Enron y sus escándalos contables y más específicamente en la crisis de 2008, esa relación lleva, según el venerable The Wall Stret Journal a los ejecutivos a "tomar medidas arriesgadas para elevar el precio de la acción a corto plazo, pero que a la larga perjudican a la empresa"
En tal sentido, y según un estudio del mencionado diario relacionado con los ejecutivos mejor pagados de la década, el caso más paradigmático lo constituyó el paquete de remuneraciones que recibió el presidente del quebrado banco de inversión Lehman Brothers entre 2000 y 2008 y que alcanzó a U$S 457 millones, mientras que un accionista que a comienzos del mismo período invirtió U$S 100 en la empresa, en 2008 su inversión solo valía U$S 1,09.-
Sin llegar a este caso extremo, hay en el listado confeccionado por The Wall Street otros 5 ejecutivos, sobre los primeros quince del listado, que pese a recibir jugosos paquetes de compensación, no solo no agregaron valor a los accionistas, sino que estos perdieron en relación a lo inicialmente invertido diez años atrás.
Así por ejemplo, mientras que Michael Dell durante 2000-2010 se embolsó U$S 454 millones, un accionista de la empresa que hubiera colocado U$S 100 en 2000 hoy tiene U$S 34.
Por el contrario Steve Jobs de Apple quien recibió entre 1999 y 2009 pagos por U$S 749 millones, multiplicó por diez los U$S 100 iniciales invertidos por un accionista de Apple en el mismo período.
En suma, y como lo señala Jesse Fried, profesor de derecho de Harvard, "la disparidad entre las fortunas de los presidentes ejecutivos y la de sus accionistas es bastante deprimente y sugiere que hay una suma considerable de pago sin desempeño"
Por su parte su colega Steve Kaplan de la escuela de Negocios de Chicago sostiene que "en general los ejecutivos que recibieron grandes pagos produjeron rersultados"
Con respecto a lo sostenido por Fried y Kaplan, y según lo constató el estudio mencionado, la realidad fue que 6 ejecutivos sobre los 15 mejor remunerados, o sea el 40%, pese a lo que se embolsaron, no agregaron valor a sus accionistas, sino todo lo contrario.
Otro mito más ha caído, no por la ideología sino por la contundencia de las cifras.-
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