La culpa mi querido Bruto no es de nuestra estrella, sino solo nuestra...
William Shakespeare, Julio César.-
Un breve artículo publicado el sábado pasado en página 6 de La Nación, reproducía declaraciones del presidente del Banco Mundial -el norteamericano Robert Zoellick- en el sentido que "...el desempleo alto podría producir una "segunda ola" de crisis bancaria, con cesaciones de pagos de préstamos, tarjetas de créditos e hipotecas"
Las manifestaciones precedentes no hacen más que poner en evidencia lo ficticio del actual panorama de boom bursátil, que responde más a la posibilidad de los bancos de obtener capital gratis para especular en lugar de destinarlo a prestar al sector real, que a una mejora en la situación de la empresas, las que si bien presentan en su mayoría ganancias, las mismas provienen más de contracciones en los gastos -salarios- e inversiones, que de un aumento de sus ingresos.
Si la economía vuelve a caer, debe quedar claro que esto no será culpa de las liquidez provocada por las políticas keynesianas de estímulo puestas en práctica por las administraciones Bush y Obama, sino de la imposible coexistencia de éstas con un mercado financiero desregulado -pese a las promesas de regulación que prometió al asumir nueva la administración demócrata- que sigue haciendo básicamente las mismas operaciones que dieron orígen a la presente crisis, facilitado, a diferencia de años atrás, por un costo del capital nulo como se ha dicho.-
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