martes, 22 de noviembre de 2011

LA TARJETA DE CRÉDITO DE LAS NACIONES

Luego de las penurias ocasionadas por la reconstrucción de la post-guerra, a comienzos de la década de 1960, los países fueron abandonando la austeridad para entrar cada vez más en un acelerado proceso de consumo.

El tono de la época, parece haberlo dado la pegadiza campaña de la aerolínea norteamericana Pan_Am "Vuele ahora, pague después"...

Antes de continuar, una pequeña disgresión: llamamos en economía "ahorro" a la porción de ingreso no consumida, al tiempo que con el "crédito" satisfacemos una necesidad-deseo presente, que pagaremos en el futuro.

Cualquier similitud con la fábula de la cigarra y la hormiga NO es una coincidencia.

Así transcurrió toda la década de 1960, en medio de un consumo mundial creciente, hasta que a comienzos de 1970, un hecho marcó para siempre la economía internacional: la llamada Crisis_del_petróleo_de_1973, por la que el precio del crudo cuadruplicó su valor entre octubre y diciembre de ese año, provocando una fenomenal transferencia de ingresos desde los países consumidores -algunos de ellos los más desarrollados del mundo- hacia los productores, generándose en los primeros enormes desequilibrios presupuestarios y, en sentido contrario, cuantiosos excedentes en los segundos.

¿Qué hacer?

Permítaseme la licencia: "Llenar el tanque ahora y pagar después..."

En efecto, los bancos reciclaron los llamados Petrodólares, tomándolos de los países productores de petróleo y prestándolos al resto de los países del mundo, lo que además de lucrativo, era seguro, ya que en palabras de un esclarecido ejecutivo del Citibank, Walter_Wriston, "Los gobiernos no quiebran"

Todo pareció funcionar por un tiempo de acuerdo con el confiado paradigna de Mr. Wriston, hasta que a comienzos de la década de 1980 se produjo la Crisis_de_la_deuda_latinoamericana, a la que siguieron otras, regionales y extraregionales, que vale la pena repasar: Tequila y Tango, Asiática, Vodka, Samba, Crisis_de_diciembre_de_2001_en_Argentina, Crisis_de_las_hipotecas_subprime y finalmente, la más reciente, la Eurocrisis.

Todas ellas tuvieron un común denominador: el exceso de gasto por parte de las naciones, empresas y familias, que demostró que, las naciones -al igual que las empresas y las familias enedeudadas con sus tarjetas de crédito- a diferencia de lo que había pontificado el bienpensante señor Wriston, si pueden quebrar.

Lo paradojal de estos últimos cincuenta años de la historia económica d la humanidad, es que pese a lo que piensan los Indignados, no han sido los bancos los que se beneficiaron con este estado de cosas, basta ver las rebajas de calificación que sufren a diario, debido a las deudas soberanas que acumularon y que lucen -como la argentina en su momento- de dudoso cobro sin una quita sustancial .

¿Quienes entonces?

Miremos al Cercano y al Lejano Oriente, donde los países no usan tarjetas de crédito...

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