Días atrás, comentábamos en el blog amigo Leiter´s blues, las diferencias que en la ejecución de Mozart eran palpables en dos directores contemporáneos, el alemán Bruno Walter (1876-1962)y el británico Thomas Beecham (1879-1961).
Así, mientras el primero se interesaba por los valores espirituales de la obra mozartiana, el segundo ponía énfasis en la gracia, la elegancia y la proporción de la escritura musical del genio de Salzburgo.
Sin embargo coincidían en algo: su rechazo al atonalismo dodecafónico de la "Escuela de Viena", si bien por distintos motivos.
En efecto, el filosófico y casi místico Walter -cuyo repertorio no iba más allá de Gustav Mahler y Richard Strauss- luego de intentar comprender a esa vanguardia vienesa, abandonó el intento expresando "¿Acaso los santuarios en donde oré y sacrifiqué la vida entera realmente están en ruinas?...Si, en efecto parece que el materialismo y el intelectualismo se han adueñado de la actual generación y han asignado a las artes, en la vida de la sociedad, un lugar inferior a la encumbrada esfera en que antes reinaban...Mi confianza me dice que el genio de la humanidad sobrevivirá a este período de enfermedad una vez que haya movilizado nuevamente las fuerzas espirituales y morales..."
Uno de los últimos "románticos", Beecham, el millonario bonvivante y clubman, para quien "Ningún compositor ha escrito ni siquiera cien compases de música meritoria desde 1925" también rechazaba los "nuevos vientos" musicales que llegaban desde Viena pero por distintas razones: "No me interesa la música, u otra obra cualquiera de arte, que no logre estimular el goce de la vida, y lo que es más, el orgullo por la vida".-
2 comentarios:
El problema de Schönberg es que fue más bien un compositor de y para compositores que para intérpretes.
La Segunda Escuela de Viena fue un hecho artísticamente inevitable, como así se produjo en otros órdenes creativos.
Es lógico que ni Walter, ni Beecham, ni muchos otros comprendieran nada. Sus raíces venían de muy atrás.
interesante tu observación sobre los destinatarios de la música de schonberg leiter.
al final de su vida, alguien le preguntó porque no componía más obras como "noche transfigurada", a lo que respondió: lo sigo haciendo, pero nadie se da cuenta...
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