Muchas personas -entre las que se encontraba el suscripto- tienden a pensar el Mar Mediterráneo en términos de una centralidad Atenas-Roma, que ha sido la cuna de la civilización occidental.
Pero si eso es cierto, no lo es menos también el hecho que en el lado oriental del Mare nostrum se desarrolló otro mundo -si bien helenístico- no menos importante.
Pruebas: de las siete maravillas del mundo antiguo, cuatro se encontraban en ese cuadrante y los tres últimos pertenecían a ese mundo heleno al que nos referimos antes: Los jardines colgantes de Babilonia, el Templo de Artemisa en Éfeso, la Tumba del rey Mausolo en Halicarnaso, ambos en la actual Turquía, y el Coloso de Rodas.
A propósito de Mausolo, una disgresión: definimos hoy a "mausoleo" como un sepulcro grande y suntuoso que cobija los despojos de alguien muerto, pero el de Halicarnaso presentaba una característica especial: el cuerpo de Mausolo no se encontraba sepultado allí. En efecto, según la tradición Artemisa se casó con su hermano Mausolo, con el que reinó. La muerte de su cónyugue le produjo tal dolor, que según la leyenda hizo cremar su cuerpo, mezclando luego sus cenizas con vino y se lo bebió.
Por último y volviendo a nuestro mediterráneocentrismo, bueno es también recordar que un habitante de las costas orientales, troyano, llamado Eneas, fue salvado dos veces de morir a manos de los griegos en la guerra de Troya por su madre Venus para cumplir con su destino manifiesto, el que como nos los recuerda Virgilio en la Eneida, no era otro que regir "...la Italia, futura madre de tantos imperios..."
2 comentarios:
Por eso Hugo que algunos hablan del eje Atenas-Roma-Jerusalén. Te imaginas que no son los que llaman a Jerusalén por su nombre árabe, Al-Quds.
no conocía el nombre de Jerusalén en árabe marcos.-
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