domingo, 26 de agosto de 2007

El Islam y la música occidental

En momentos en que algunos de los escenarios planteados por Samuel Huntington en su obra publicada en 1996"Choque de Civilizaciones" se estarían verificando -por ejemplo el conflicto entre Occidente y el Islam- me ha parecido pertinente analizar la relación existente entre el Islam y la música occidental y su evolución.

Ya en 1686, en plena guerra de los austríacos contra los turcos, se representó en Hamburgo Kara Mustafá, que trataba sobre la marcha del sultán sobre Viena. Luego, bastante después, en 1764 apareció la ópera francesa El encuentro imprevisto o los peregrinos de la Meca, seguida en 1768 por la ópera semiseria italiana La esclava liberada. Cabe destacar que ninguna de las nombradas han perdurado en el corpus lírico.

Llegamos así al año 1782, en que Mozart estrenó en Viena El rapto en el serrallo, cuyo argumento, la lucha de un enamorado por liberar a su amada y a sus fieles sirvientes de las garras del Selim pachá que los tenía prisioneros, culmina felizmente, cuando éste en una prueba de su magnanimidad, les concede a los cuatro la libertad, en medio del regocijo general y de una marcha alla turca como brillante final. Aparecía así por vez primera en la historia de la música la figura del noble pagano, y tal vez para Mozart, detrás del pacha Selim se ocultaba José II, el emperador austríaco que poco antes en 1781, había promulgado la libertad de cultos y el fin de la censura.

Del Islam magnánimo mozartiano llegamos a 1813 y 1814, cuando Rossini estrenó La italiana en Argel y El turco en Italia, respectivamente. Dos típicas comedias de enredos. En la primera, también dos amantes han caído prisioneros de Mustafá, rey de Argel, quien pretende a la jóven. Pero ahora los amantes no le deberán su libertad a la gracia del soberano, sino que escaparán juntos de Argel por medio de la astucia, regresando el vencido y arrepentido Mustafá a los brazos de su mujer. En la segunda, Selim, príncipe turco, llega a Nápoles y se enamora de Fiorilla, jóven caprichosa pero honrada casada con Geronio, a quien le pide que se la venda y a lo que este se opone. En un baile de máscaras al que todos deben concurrir vestidos de turcos, el poeta Prosdócimo manipula los acontecimientos, de modo que todo tiene un final feliz: los esposos se mantienen juntos, pese a la tentación del oro turco y Selim parte con su nueva amante la gitana Zaida.

En 1858 Peter Cornelius estrena en el Teatro Imperial de Weimar El barbero de Bagdad, otra comedia de enredos, que finaliza cuando a través de un fallo justo del califa dos jóvenes que se aman pueden finalmente casarse.

Desde esa fecha, no se han vuelto a componer otras óperas con argumentos basados en temas del Islam. Resulta sin embargo curioso el hecho que en 1888 Nicolas Rimsky-Korsakov, uno de los compositores más destacados de la música nacional rusa, dio a conocer la suite Scherezade, basada en Las mil y una noches. Aquí la ausencia de texto, no nos permite conocer la visión que del Islam tenía el compositor, pero si llama la atención la temática, única en su producción.

Finalmente llegamos a 1911, cuando otro ruso, Igor Stravinsky estrena su ballet Petrouchka, donde sus personajes principales son tres marionetas. Petrouchka está enamorado de la bailarina, ambos son arios. La bailarina a su vez cautiva con su danza al moro, quien se encuentra en su habitación reclinado en un diván, vestido con un traje magnífico y comiendo un coco. Aunque el moro es brutal y estúpido, la bailarina la encuentra atractivo y lo seduce, siendo interrumpida por el celoso Petrouchka. La acción continúa en una feria, es de noche y el moro mata a Petrouchka con su cimitarra, desapareciendo con la bailarina en medio de la confusión de los presentes.

Como podemos ver, han habido en la música occidental distintas visiones del Islam, que van desde la ejemplaridad alemana, pasando por la subestimación rossiniana hasta llegar en el siglo XX a la xenofobia de Stravinsky.-

sábado, 25 de agosto de 2007

Keynes economista

No abrigo la esperanza de tener razón, abrigo la esperanza de progresar.
(John Maynard Keynes)

Tiempo atrás, al comentar en su blog un trabajo mío publicado en el de Marta Salazar, titulado "Keynes y Alemania", Marcos Cattaneo terminó su comentario sosteniendo "El Keynes diplomático es otra cosa". Creí entender que a Marcos Keynes le resultaba mejor diplomático que economista. Prometí tratar de persuadirlo acerca de que el barón de Tilton era también un gran economista, por supuesto si no lo logro, será, más por la pobreza de mis argumentos, que por el enorme aporte de Keynes a la ciencia económica en sus diversas ramas.

John Maynard Keynes, barón de Tilton, era un hombre de Cambridge, y eso no es un tema menor al analizar su obra. En efecto, mientras que los graduados de Oxford se preparan para ocupar lugares de prominencia en los sectores del establishment político y económico inglés, para desde allí poner en práctica sus ideas, los de Cambridge recurren a la persuación, especialmente a través de escritos, para llevar adelante tales fines.

Y eso fue lo que hizo Keynes toda su vida, como por ejemplo en "Las consecuencias económicas de la paz", tal como lo refiero en mi trabajo mencionado al comienzo y también en "Las consecuencias económicas de Mr Churchill", un lúcido ensayo en el que critica proféticamente la decisión del entonces secretario de Hacienda Winston Churchill de retornar nuevamente a al sistema de patrón oro a la paridad de antes de la primera guerra mundial, lo que le parecía a Keynes una cosa tan tonta, y que sumió a Inglaterra en una de sus peores deflaciones, llevando la desocupación a niveles nunca antes conocidos. La comparación con el hecho que el señor Cavallo haya fijado una paridad tan tonta de $1.- igual a U$S 1.- cuando la productividad de la Argentina no era igual a la de los Estados Unidos, es un modelo de como muchas veces los hombres tropiezan más de una vez con la misma piedra.

En esa coyuntura crítica de una economía estancada con inflación, Keynes escribió su mayor aporte a la ciencia económica: nos referimos a la Teoría General de la Ocupación , el Interés y el Dinero, la que en opinión de Sir John Hicks, un opositor académico a las ideas de Keynes "Era una economía de la crisis" , o sea que la suya fue una formulación de corto plazo , ya que en el largo plazo estaremos todos muertos, que constituyó su respuesta al problema de la crisis de 1930. ¿Que había venido observando Keynes desde finales de la primera guerra mundial? Un nivel de ahorro excesivo, que superaba la tasa de inversión. También constató que la inversión privada no siempre era constante, y menos en medio de una crisis, que además el nivel de los salarios y del pleno empleo no dependían en una deflación del nivel del costo salarial, para concluir que frente a la desocupación en gran escala correspondía a los gobiernos contrarrestarla a través del aumento de la inversión pública o de la rebaja de los impuestos. Todo ello pensando además en el clima totalitario que campeaba en Europa en esa época.

Nótese que estas formulaciones se formalizaron para sacar a la economía mundial de la crisis del 30. Keynes jamás se pronunció en ninguna de sus obras sobre la bondad de los déficits públicos como palanca del crecimiento económico, como en algunos círculos académicos y políticos se le atribuye.

Juzgar críticamente su teoría destinada puntualmente a incrementar la demanda global durante la deflación de los treinta, desde la óptica de la oferta en una economía en pleno empleo como hicieron los monetaristas en los 80, es un anacronismo.

Keynes más que un teórico de la economía fue lo que hoy llamaríamos un policy maker, quien con su visión y determinación hizo mucho por el porvenir del capitalismo, en momentos en que este afrontaba su hora más negra, y esto no podía haber sido de otra manera, para quien se definía a si mismo como un burgués educado, orgulloso de su clase.-

miércoles, 22 de agosto de 2007

Crisis en los mercados mundiales: Donde nos encontramos y hacia donde vamos

Recientes declaraciones del secretario del Tesoro norteamericano Henry Paulson, permiten vislumbrar en que parte de la crisis mundial de los mercados nos encontramos y hacia donde vamos.

En primer lugar el señor Paulson admitió que esta no es solo una crisis bursátil más, sino que por el contrario es una crisis de mayores alcances que involucra también al sistema financiero, cuya recuperación será lenta y dejará ganadores y perdedores, para los que no habrá salvataje (...no habrá una rápida solución para varios de los problemas del mercado de créditos...la recuperación se desarrollará con el paso del tiempo...habrá que absorber algunas de las pérdidas en el camino...)

Al mismo tiempo, el funcionario reconoció que la crisis impactará sobre las perspectivas futuras de la economía mundial. (...la turbulencia del mercado de capitales probablemente pesará sobre el crecimiento económico, que será menor de lo que habría sido normalmente...)

Finalmente, el secretario del Tesoro pareció dejar librado al mercado vía su autoregulación, el evitar situaciones como las que han ocurrido, en lugar de, como temía Wall Street, aumentar las regulaciones sobre el mismo (...la liquidez regresará a la normalidad cuando el mercado tenga una mejor comprensión, los inversores tengan una mejor comprensión, de la relación entre riesgos y retornos...)

Como en toda crisis de magnitud como la que acaba de abatirse sobre los mercados mundiales hay también siempre oportunidades, en tal sentido Warren Buffet, uno de los inversores más reconocidos de Estados Unidos, quien por su perspicacia y conservadorismo en sus decisiones de inversión es llamado El oráculo de Omaha, y quien dispondría de U$S 50.000 mill líquidos para invertir a través de su fondo de inversiones Berkshire Hathaway Inc., y que no pudo hacerlo durante los últimos meses por la suba especulativa de los valores accionarios, ha admitido al Wall Street Journal que -debido a la propuestas que recibe para colocar su dinero- Definitivamente soy más popular que hace unos meses.-

viernes, 17 de agosto de 2007

Las iglesias en Rusia

"Todo el que haya viajado por Oriente sabe que allí religión significa nacionalidad"
(Ernesto Quesada - Un invierno en Rusia)

La primera impresión que recibe el viajero al salir a recorrer las calles de Moscú es la proliferación de iglesias a su alrededor, la inmensa mayoría de ellas en estilo oriental con sus típicas cúpulas en forma de cebolla, de las cuales la catedral de San Basilio en la Plaza Roja es el más acabado ejemplo. En la actualidad suman unas ciento ochenta entre monumentales y votivas, más pequeñas estás últimas y erigidas debido a una promesa , pero debe destacarse que antes de la revolución llegaban a cuatrocientas cincuenta. En los lugares en que se erigían las más grandes, luego de su demolición por los bolcheviques, se construyeron las monumentales entradas a las estaciones de la red de subterráneos, una operación de fuerte contenido simbólico tendiente a demostrar con hechos palpables que en el nuevo estado comunista los templos de la modernidad y del progreso venían a reemplazar a los del oscurantismo y la religión.

El Kremlin es también un ejemplo manifiesto de la devoción del pueblo ruso, en efecto dentro de sus muros se encuentran algunas de las más tradicionales iglesias moscovitas, como la catedral de la Asunción, donde eran coronados los zares, la de la Anunciación que era la iglesia de culto doméstico zarista y por ende está anexada al palacio y la del Arcángel San Miguel, la primera que incluye en su arquitectura elementos rusos e italianos y que sirvió de panteón de los zares hasta Pedro el Grande, con la sola excepción de Boris Godunov.
Ni en el Hofburg vienés de los catolicísimos Habsburgo se puede encontrar un conjunto de arquitectura sacra de nivel similar.

Dejando atrás al Kremlin, en dirección al río Moskova, el viajero se encuentra con la monumental y nueva catedral de Cristo el Salvador, que ocupa el lugar de una anterior, que durante la revolución fue convertida en lugar de baños, para luego ser demolida. Durante el gobierno del señor Yeltsin fue reconstruida en el tiempo récord de dos años.

En San Petersburgo, de acuerdo con la impronta europea que quiso darle su fundador Pedro el Grande, el estilo que predomina en los templos, la mayoría monumentales, es el barroco ruso -que agrega al europeo el sobredorado- y el neoclásico, destacándose entre otros la monumental catedral de San Isaac, cuya cúpula es la cuarta más grande del mundo después de San Pedro, de Santa María de Florencia y San Pablo de Londres, la catedral de Kazan, réplica más pequeña de San Pedro de Roma y San Nicolás de los Navegantes, esta última tiene dos particularidades: tiene dos naves superpuestas, y además fue la única iglesia abierta al culto durante todo el régimen comunista.
Merece una mención especial la única iglesia de estilo oriental que hay en la ciudad, y que por tal motivo no es del agrado de los locales, mucho más europeos ellos que los moscovitas, más tártaros, según la visión de los petersburgueses, pero que, probablemente debido a su exotismo, cuenta con el favor de la mayoría de los turistas, nos referimos a la Iglesia de la Resurrección, situada al borde del canal Griboedova y erigida en el lugar donde fue asesinado el zar Alejandro II en 1881.

Por último, y ratificando esta idea del cosmopolitismo petersburgués, frente al localismo oriental moscovita, es dable observar muy cerca de donde se encontraba la loggia de los comerciantes, sobre la avenida Nevski, tres iglesias una a continuación de la otra: la protestante, la armenia y la católica de Santa Catalina de Siena, esta última sufrió diversas vicisitudes durante el régimen comunista, siendo desacralizada para convertirla en verdulería, librería, depósito de repuestos de motocicletas, para luego ser casi destruida por un incendio. Hoy se encuentra abierta al culto, todavía con el recuerdo de algunas heridas a la vista, lo que hace muy emotiva para los católicos la visita a la misma.-

jueves, 16 de agosto de 2007

Paulson dixit

Declaraciones del secretario del Tesoro norteamericano Henry Paulson parecen señalar, tal como lo anticipáramos ayer, que la doctrina del "riesgo moral" the moral hazzard, se ha extendido de los bonos soberanos -donde se puso en vigencia a partir de la moratoria argentina- a los papeles privados. Según este paradigma, tomado de la industria aseguradora, toda medida que lleve a morigerar pérdidas por haber seguido una conducta temeraria, no hace más que facilitar esas conductas, en el entendimiento que al final, no habrá perjuicios.

En efecto el señor Paulson ha sostenido que: "A mi juicio, no hay nada que debiéramos hacer en términos de garantizar a los participantes en el mercado en contra de pérdidas o en términos de restringir la toma de riesgos...Una de las consecuencias naturales de los excesos es que algunas entidades dejarán de existir"

No podemos sino estar completamente de acuerdo con estas declaraciones. Al mismo tiempo parece claro que éstas llevarán más tensión al mercado, profundizando su tendencia bajista, al tiempo que se exacerbará la diferencia entre entidades de primera y de segunda línea, estándoles vedadas a estas últimas el acceso al mercado interbancario para hacerse de liquidez, por lo que seguramente nuevas liquidaciones de firmas se agregarán a las ya conocidas.

En cuanto a las calificadoras de riesgo, que dieron altas calificaciones a estos títulos con garantías hipotecarias hoy cuestionadas, las que están recibiendo innumerables críticas por sus desacertadas evaluaciones, el señor Paulson fue mucho más cauto cuando se le preguntó acerca de la responsabilidad de las mismas, mencionando solo la necesidad de tener ..." ...una mejor comprensión" de instrumentos financieros cada vez más complejos. Pese a esto, y considerando los daños que muchos inversores institucionales y público en general van a sufrir durante esta baja, consideramos altamente probable que muchas de estas calificadoras van a ser demandadas por su negligente actuación. La desaparición de la prestigiosísima firma de auditores Arthur Andersen luego del colapso de Enron, la mayor quiebra corporativa en la historia de Estados Unidos, cuyos balances auditaba, ahogada por las demandas por su responsabilidad en no advertir claramente a los inversores sobre el deterioro de la situación de dicha firma, se presenta como un antecedente inmediato que no puede ser descartado.

Parecería que en esta montaña rusa aún no se ha llegado al llano.-

miércoles, 15 de agosto de 2007

Mientras algunos bienpensantes no se rinden otros se justifican

Como lo anticipáramos en nuestras anteriores entregas sobre la presente crisis que afecta a los mercados globales, algunos bienpensantes han ido a Washington para solicitarle al gobierno que las agencias gubernamentales de hipotecas les compren sus carteras problemáticas: en suma desean socializar sus pérdidas.
Hasta el momento según nuestras informaciones, han vuelto con las manos vacías. Sin embargo, han obtenido un triunfo no menor, toda vez que la Reserva Federal de Nueva York ha aceptado en garantía por la asistencia de liquidez suministrada a los bancos durante los últimos días una mezcla de bonos del Tesoro americano y de hipotecas, lo que no sería importante considerando los montos involucrados, aunque ello implique un apartamiento de sanos principios de riesgo crediticio, salvo por el hecho que señalan un precedente. El dream de Wall Street continúa....

A su vez, y como también lo anticipamos, ha llegado para otros bienpensantes la hora de las justificaciones. Se trata en esta oportunidad de las agencias calificadoras de riesgo, que dieron altas notas de calificación a bonos emitidos con la garantía de préstamos riesgosos. ¿Autocrítica? ¡Jamás! Karren Kornfeld de Moody´s, una de las más famosas calificadoras ha sostenido que: "El mercado inmobiliario resultó ser más débil que las expectativas que habían" Clarísimo: la culpa es del mercado y no de Moody´s que con su sobrecalificación lo indujo a invertir en tales papeles. Lo que Kornfeld se cuida muy bien de decir, y The Wall Street Journal se lo recuerda, es que durante el período 2002-2006 Moody´s recibió honorarios por calificar estos títulos que ascendieron a la suma de U$S 3000 millones de dólares y , lo que resulta verdaderamente descalificante para la agencia: "su sigilosa colaboración con los agentes colocadores que creaban estos valores", lo que arroja un enorme descrédito para quienes deberían hacer sus evaluaciones técnicas dentro de la más absoluta imparcialidad e independencia.

Esta falla de las calificadoras no es nueva, basta recordar su morosidad en la degradación crediticia de Enron, la mayor quiebra en la historia corporativa de los Estados Unidos. El hecho que se repita, pone en evidencia la colusión de intereses que siempre ha existido en Wall Street entre bancos, calificadoras y estudios de auditoría, lo que sospechado por muchos, resulta ahora más que evidente.-





lunes, 13 de agosto de 2007

El miedo despues de la codicia


Una crisis comercial, ocurre, cuando un sector del público empieza a temer que tendrá dificultades para hacer frente a sus compromisos.

Walter Bagehot - Lombard Street -1873


Pese a la cada vez mayor sofisticación de los mercados financieros, dos sentimientos humanos atávicos están siempre presentes en su operatoria: el miedo y la codicia. Esto no es de ninguna manera una observación sobre la moralidad de los mismos, sino una simple descripción de su funcionamiento.

Vaya esta introducción luego de que durante el fin de semana que pasó se tuvo conocimiento de la intervención concertada de los principales bancos centrales del mundo tendiente a llevar tranquilidad a los distintos mercados bursátiles.

Llama la atención en primer lugar el monto de la misma: U$S 323.000 millones en un solo día de operaciones, y en segundo lugar, que casi dos terceras partes del total, o sea U$S 200.000 millones fueron suministrados al mercado por el Banco Central Europeo, lo que pone en evidencia la profundidad del problema en Europa. La Reserva Federal de los Estados Unidos solo suministró al mercado U$S 30.000 millones, si bien es importante señalar que no intervenía inyectando liquidez al mismo desde los atentados del 11 de setiembre de 2001.

Luego de un prolongado período de codicia durante el cual y al mismo tiempo se rebajaron sanos principios crediticios en el otrgamiento de financiaciones , se efectuaron inversiones riegosas finaciadas con créditos y se desarrollaron sofisticados instrumentos financieros al margen de cualquier contralor de los reguladores bancarios, el miedo que se apoderó de los diferentes mercados luego del incumplimiento de sus pagos por parte de algunos fondos de inversión inmobiliarios gerenciados por la Banca Nacional de París, cambió el curso de los acontecimientos, pasándose a partir de ese momento de una crisis bursátil a una mucho más grave de confianza acerca de la solvencia de las entidades financieras mundiales, cuyo final está abierto en estos momentos; en las gráficas palabras de Jorge Suárez, un banquero privado de Nueva York, "se huele al cadáver, pero no se sabe en que closet está"

La Reserva Federal y su nuevo titular Ben Bernanke, quien en su vida académica se ocupó casualmente de los errores que la Reserva Federal cometió durante la crisis mundial de 1930, tienen ante si dos caminos: continuar con la tradición de su antecesor Alan Greenspan, en el sentido de rescatar a los inversionistas de sus propios errores vía recortes de tasas, o poner por encima de las preocupaciones coyunturales del mercado consideraciones macroecónomicas tales como crecimiento e inflación al tomar decisiones sobre el nivel de la tasa de interés.

Pensamos que optará por lo segundo, basados en que luego de la moratoria argentina de fines de 2001 el FMI acabó con el paradigma de que los países no quiebran nunca, renunciando a partir de ese momento a continuar siendo el prestamista de última instancia que salvaba a los bancos internacionales de sus desacertadas decisiones de inversión en deuda soberana.

Si esto es así, muchos perderán mucho dinero.-

sábado, 11 de agosto de 2007

Donde se comenta acerca de algunos bienpensantes

La edad de los caballeros andantes pasó, y la ha sucedido la de los sofistas, los economistas y los arbitristas.-

Edmund Burke



Uno de los credos laicos de ciertos operadores bienpensantes de los mercados financieros globales es que los bancos centrales deben ser independientes en el dictado de su política monetaria, salvo claro está, durante una baja bursátil como la de estos últimos días -debida
exclusivamente a sus erróneas decisiones de inversión-; entonces acuden en tropel a esos mismos bancos centrales pidiéndoles que emitan dinero para que puedan zafar de sus dificultades, en las que ellos mismos se metieron.
Nótese que durante el más crudo capitalismo norteamericano, a fines del siglo XIX y comienzos del XX, cada vez que estallaba una crisis bursátil en Wall Street, y no estando creado aún el Sistema de la Reserva Federal, J P Morgan reunía en su oficina a lo más granado de las finanzas de la ciudad de Nueva York y organizaba una colecta para inyectar fondos en el mercado y sacarlo del atolladero. Como se puede apreciar eran mucho más honestos, intelectualmente hablando, que sus herederos postmodernos, quienes se proclaman libreempresistas durante el período de las ganancias, para luego pretender socializar sus pérdidas.

Son los mismos bienpensantes que nos decían hasta hace pocos días que los sofisticados instrumentos financieros que crearon con el respaldo de hipotecas tomadas por deudores norteamericanos de segunda línea y por ende más riesgosos, fue diseñado para distribuír y absorber el riesgo. Vaya si lo distribuyeron: hoy el incumplimiento de sus pagos hipotecarios por parte de esos deudores que viven en los Estado Unidos tiene en vilo a los mercados financieros de todo el mundo, especialmente a los europeos, donde por ejemplo el banco francés BNP debió suspender los retiros de los depositantes en sus fondos de inversiones en estos valores, por la sencilla razón de que debido a la complejidad de las operaciones en que los mismos estaban involucrados, no estaban en condiciones de determinar el valor de rescate de los mismos.

Pero estos bienpensantes no solo se quedaron en meras declaraciones, fueron mucho más lejos. Así por ejemplo Moody´s Investors Service alabó la estrategia de "exitosa diversificación" del casi desconocido IKB Deutsche Industriebank AG de Düseldorf, quien invirtió en este tipo de papeles a través de una subsidiaria, Rhineland, financiándose la misma con deuda. Esta compañía ganó en 2002 el premio "Conducto del año" otorgado por la revista Banker.
Hoy, por los motivos comentados, la "exitosa diversificación" llevó al banco a una quiebra técnica, de la que fue sacado luego de un rescate organizado por los reguladores bancarios alemanes al costo de U$S 4.800 millones además de garantías de liquidez por otros U$S 20.000 millones.

Pero todo esto no arredrará a nuestros bienpensantes, a quienes pronto los oiremos -cual médicos legistas al informar las causas de un deceso, luego de practicarle la autopsia al difunto- explicándonos las causas de la debacle, sin asumir, obviamente, ninguna responsabilidad en la misma.-

miércoles, 8 de agosto de 2007

La caja de Greenspan

Han habido tres grandes inventos desde el comienzo de
los tiempos: el fuego, la rueda y la Banca Central
Will Rogers

El Wall Street Journal de ayer menciona que durante la última rebaja de tasas efectuada durante su gestión para prevenir una recesión, y que las llevaron al nivel más bajo de toda una generación, el entonces presidente Alan Greenspan dijo: "No se lo que es, pero estamos causando algún daño, porque esta no es la manera en que deberían operar los mercados de crédito"

Ahora su sucesor Ben Bernake sabe lo que es: en efecto luego de un auge crediticio desconocido hasta el presente, que se orientó básicamente la compra de propiedades con garantía hipotecaria y a financiar adquisiciones corporativas con préstamos, en lo que se basó el último auge bursátil, cuyos pagarés en ambos casos se transformaron en sofisticados instrumentos de inversión, los que se aseguraba habían sido diseñado para minimizar los riesgos bancarios, parecería que son hoy los causantes de la preocupaciones de los mercados financieros mundiales y de los inversores institucionales, los que en la mayoría de los casos ni siquiera conocen como funcionan estos instrumentos. Los problemas que atraviesa la casa de corretaje neoyorquina Bearn Stearns muy castigada por la incobrabilidad del mercado de hipotecas sub prime, es decir de los deudores con menos antecedentes crediticios y por ende más riesgosos, parece ser solo la punta del iceberg.

¿Como se llegó a esta situación? Fundamentalmente por el enorme superávit comercial chino con los Estados Unidos, el que fue atesorado por ese país mayormente a través de Bonos del Tesoro de los propios Estados Unidos, lo que mantuvo artificialmente baja las tasas de interés de largo plazo en dicho país, posibilitando las conductas mencionadas precedentemente.

Mientras las tasas eran bajas, todo era alegría. Cuando alejados los temores de una recesión la Reserva Federal comenzó a subir las tasas, que ahora su ex director Alfred Broaddus reconoce que se hizo tardíamente, se produjeron simultáneamente dos fenómenos, letales para cualquier intermediario financiero: por el lado de las familias los deudores hipotecarios, especialmente los de menores antecedentes dejaron de pagar sus préstamos, lo que hizo aumentar las ejecuciones de inmuebles, lo que a su vez deprimió el mercado inmobiliario y rebajó el valor de las propiedades en garantía , las que en algunos casos, temerariamente, cubrían la totalidad del préstamo. Para mensurar la magnitud del problema, téngase presente que según el banco de inversión Lehman Brothers en 2005 se originaron U$S 400.000 mill de estos préstamos y en 2006 más del 40% de los mismos fueron a prestatarios que no podían documentar plenamente sus ingresos.
A su vez, por el lado de las empresas se vivió un auge de adquisiciones de compañías, utilizando para ello préstamos bancarios de corto plazo en condiciones francamente liberales, los que contaban con la garantía de los activos de las propias empresas adquiridas, y que luego se convertirían en bonos a mediano plazo a ser colocados a diversos inversores en el mercado de deuda, y con cuyo producido los bancos recuperarían los montos prestados inicialmente. Al comenzar el aumento de las tasas de interés y los ruidos en el mercado, los compradores de estos bonos se retiraron del mismo, por lo cual los bancos que participaron en tales transacciones tienen en su poder emisiones por otros U$S 200.000 millones que nadie quiere comprar, ni aún a tasas más elevadas.

El señor Bernanke se encuentra ante un desafío descomunal: por un lado debe mantener altas las tasas de interés para evitar que debido al pleno empleo de la economía americana esta pierda competitividad a causa de los aumentos de salarios llevándola al mismo tiempo a sufrir presiones inflacionarias, pero no tanto como para agravar la comentada situación del sector financiero.

Tiene ante sí, como en la mitología, una nueva caja que le dejó su antecesor, de su pericia dependerá que, al contrario de la de Pandora, los males -inflación y recesión- no terminen afectando a la economía norteamericana, que es como decir a la economía mundial.-

jueves, 2 de agosto de 2007

Palacios petersburgueses

Viajar no es solo tomar contacto con las personas que pueblan los lugares visitados a fin de formarse una idea acerca de sus costumbres y modos de sociabilidad, tampoco es un medio para admirar solo sus bellezas naturales, implica también relacionarse con las ciudades visitadas, dando así lugar a una trilogía que no debería faltar en la mayoría de los periplos: personas-paisajes-ciudades.

Cuando alguien visita una ciudad tan interesante como San Petersburgo, esa trilogía se amalgama perfectamente, y así por ejemplo, el contacto con algunos de sus palacios, contemplándolos en su entorno ciudadano y tomando conocimiento de la historia de sus ocupantes, va desplegando ante nuestros ojos, cual materia viva, la historia de esta deslumbrante ciudad, que es como decir la historia de Rusia, desde su fundación por Pedro el Grande a comienzos de 1700 hasta nuestros días.

Comenzando por el núcleo más antiguo de la ciudad, la isla de las Liebres, sobre el Neva, donde Pedro dio comienzo a sus ciclópea tarea, frente al Palacio de Invierno, nos encontramos con la Fortaleza de Pedro y Pablo, la lúgubre prisión donde propio el zar encarceló a su díscolo hijo, quien según la leyenda, murió de un golpe propinado por su padre luego de una discusión, y en la que más adelante y hasta 1917 fueron encarcelados los enemigos de la seguridad del estado, los que al traspasar sus muros perdían su identidad personal -pasando a ser solo un número- la que era solo conocida por cuatro personas: el Zar, el Ministro de Seguridad, el Jefe de la Policía Secreta y el Director de la prisión. Un hermano de Lenín fue ahorcado en ella.

Volviendo a tierra firme y dejando atrás el Palacio de Invierno y la imponente plaza seca que le da marco, casi al llegar al Campo de Marte, lugar de paradas militares durante el régimen zarista, nos encontramos con el Palacio de Mármol, construído por Catalina la Grande para uno de sus favoritos, el conde Orloff, quien nunca llegó a ocuparlo, ya que para cuando se terminó su construcción, había caído en desgracia ante la zarina, quien lo encarceló.

Muy cerca de allí, aparece a nuestra vista un edificio color rosado que sale de los cánones del barroco ruso - el que al barroco europeo agrega el sobredorado y las cúpulas acebolladas- iniciando el neoclacisismo arquitectónico en la ciudad, es el palacio que el zar Pablo, hijo de Catalina, a quien odiaba, se hizo construír para sí, ya que sostenía que no se consideraba seguro en el Palacio de Invierno. Cuarenta días después de instalarse en su nueva residencia, fue asesinado en su dormitorio por un grupo de nobles.

Volviendo atrás y siguiendo al canal Moika llegamos al Palacio Yusupov, en estilo neoclásico también y perteneciente a una de las familias más ricas y de más alcurnia de toda Rusia. Allí el Príncipe Yusupov asesinó al monje Rasputín en 1916, poco antes de la revolución, quien tenía un enorme ascendiente sobre la zarina, en razón de sus poderes para conjurar las recaídas que la hemofilia le ocasionaban al jóven zarevitch, cerrando así un ciclo histórico que comenzó trecientos años atrás.

Palacios petersburgueses, ¡cuántas historias de poder absoluto, amor, locura y muerte se encierran detrás de sus muros!

Conocerlas es no solo conocer sobre el pasado de Rusia, sino asumir también que la historia de ese país fue como fue, pero pudo haber sido de otra manera.-