AYER
- “La bagnade” en esas aguas correntosas y
un poco oscuras, mirando la torre Eiffel o el ministerio de Economía o
el centro de París resultó inolvidable.
- Pero la lluvia, la
subida de las aguas, la basura, la caca y el miedo a la infección E Coli
forzaron a prohibirla hasta nuevo aviso.
María Laura Avignolo, Clarín
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