"Don Onofrio era una de las pocas personas a quienes el prícipe estimaba y quizá la única que jamás le había robado.
Su honestidad rozaba con la manía y sobre ella se narraban anécdotas impresionantes como la de aquel vasito de rosoli que la princesa había dejado a medio beber en el momento de la partida y que un año después había vuelto a encontrar en el mismo sitio con el contenido evaporado y reducido al estado de sedidmento dulzón, pero intacto"
G. Tomasi di Lampedusa, obra citada, Agosto de 1860
No hay comentarios:
Publicar un comentario