"La clase política ha dejado de tener virtualidad específica. Su elemento ya no es el de la decisión y de la acción, es el del videojuego. Lo esencial ya no es ser representativo, sino estar conectado...
Pueden ser relevados, en el imaginario mediático de las multitudes por los hombres del showbusiness o del deporte...Esta regla no excluye a los científicos y a los investigadores...
...actualmente vemos sustituir a la clase política por unos hiperprofesionales aún más competitivos, periodistas u hombres del espectáculo, a los que su fama de especialistas, de expertos, de campeones, o de vedettes, concede casi automáticamente una voz en las cosas públicas..."
Jean Baudrillard, "La izquierda divina", La euforia sin perfusión.-
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