Austero, tenaz, laborioso, discretamente religioso e incluso irónico, el ex canciller sabía también ser un bon vivant.
Así consta en el libro de sus memorias, donde escribió una frase digna de un epitafio: "Hay vida antes de la muerte y todo cristiano, protestante o católico, tiene derecho a gozarla".
LUISA CORRADINI, LA ANCIÓN DE HOY.-
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