Lo que si queda claro a través de las mismas y a quienes van dirigidas es su abierto antikeynesianismo, que ya comienza desde el título mismo de su artículo, lo que de ninguna manera está mal.
Lo que no puede pasarse por alto son las contradicciones en que Sorman incurre en el mismo para defender su postura neoliberal.
Así, mientras sostiene que "...El estatismo y el keynesianismo fueron descartados en todo el mundo, simplemente porque habían fracasado..." luego nos dice que "...el deber del gobierno es salvar al capitalismo...incluso por medio de medidas NO CAPITALISTAS. Keynes ya lo sabía en la década de 1930. Nunca pretendió destruír el capitalismo, sino salvarlo de los capitalistas dando participación al gobierno..."
Si antes estatismo y keynesianismo fracasaron, según Sorman sostiene, ¿porque entonces acudir a ellos ahora? La explicación no puede ser más simplista, ya que si bien opina que "...El camino más CORTO hacia la recuperación sería dejar que el mercado mismo se ajustara..." -lo que demuestra que Sorman no tiene la menor idea del tañamo de la crisis, al punto que su tesis no fue tenida en cuenta ni por George W Bush ni por Henry Paulson, ninguno keynesiano por cierto- "...una actitud de laissez-fair radical podría hacer que una gran parte de la población se volviera contra el capitalismo..." Si tan seguro está de la eficacia y rapidez de su terapéutica mercadista, debería explicarnos entonces ¿Porque la víctima de la enfermedad habría de volverse contra la medicina sanadora?
Al referirse al intervencionismo estatal, sostiene que "...puede justificarse por razones morales...Pero no puede considerársela fuente de crecimiento..." Parece que para Sorman China -donde precisamente el intervencionismo estatal no actúa por razones morales, pero sin embargo le permitió al país crecer a tasas altísimas los últimos 20 años- no existiera.
Demostrando que más que un economista neoliberal dispuesto a discutir políticas, es de aquellos que practican autopsias, no duda en sostener que "...Casi todos los economistas partidarios del libre mercado coinciden AHORA en que los mercados solo funcionan bien dentro de los límites impuestas por instituciones sólidas y predecibles..." Parece claro que AHORA, viendo el abismo, Sorman y sus compañeros de ruta demandan límites. El punto importante aquí es porque no eran partidario de los mismos ANTES del estallido, que tuvo varios anuncios previos, lo que le hubiera evitado al capitalismo la más grande destrucción de riqueza desde la Gran Depresión.
De igual modo, reconoce que "...los individuos no siempre actúan racionalmente..." pero al mismo tiempo rechaza que frente a ello "...el control estatal sea indispensable..." Si no es el Estado ¿quien controlará entonces las conductas irracionales individuales?
Desde los ochenta, los keynesiamos, frente a la masiva ola de pensamiento único neoliberal, hicimos mutis por el foro. Los reflujos de la historia nos han puesto ahora al frente de la tarea de enmendar los errores en que incurrieron Sorman y sus colegas neoliberales durante los últimos casi treinta años. Por lo menos, debería dejarnos intentarlo.
Nobleza obliga...
2 comentarios:
Hugo Maynard Soviet, en otra delicadeza de Guy Sorman, aludió a tu persona y la de tus correligionarios en los términos de "una vociferante turba de ideólogos estatistas y keynesianos resurgentes".
Ameritaba un desagravio.
lo de "ideólogo" is too much for my humble person, lo otro: a mucha honra!!!
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