viernes, 21 de diciembre de 2007

CUENTO DE NAVIDAD

Siguiendo a Stella, quisiera contarles una historia de inmigrantes, que involucró a mi propia madre.


Después de terminada la primera guerra mundial, a principios de 1920, la situación en Italia, era muy mala. Mis abuelos maternos habían fallecido, quedando la familia -seis hermanos- al cuidado del hermano mayor recién casado, quien decidió que lo mejor para todos era emigrar a los Estados Unidos. Cuando habían liquidado todas sus pertenencias y se disponían a viajar hacia allí, recibieron la noticia de que ese país había cerrado temporariamente la inmigración, por lo que cambiaron el destino original por la Argentina. Era el año 1924.

Se embarcaron en Génova en el Principessa Mafalda, la gran nave de su tiempo, capaz de unir Italia y Argentina en catorce días, navegando a una velocidad de dieciocho nudos.

El buque cargó carbón en Río de Janeiro, y cuando se encontraba en plena travesía hacia Buenos Aires, una tempestad lo sorprendió en el Golfo de Santa Catalina, famosa zona de turbulencias.

Mi madre, que tenía en ese momento seis años de edad, me contaba vívidamente como recordaba verse en la cubierta de tercera clase con sus hermanos, con los salvavidas puestos, rezando todos en voz alta junto con el resto del pasaje y preparados para lo peor: abandonar el buque de noche, en aguas infestadas de tiburones.

Felizmente, la nave salió de la zona de turbulencia, llegando con su pasaje y tripulación a salvo al puerto de Buenos Aires, donde trascendió que el carbón cargado en Río no había sido estibado correctamente, lo que había hecho perder estabilidad al buque durante la tormenta.

Tres años después, el 25 de octubre de 1927 el Principessa Mafalda, en su nonagésima travesía, hacia nuestro país, naufragó en un punto entre Vitoria y Río de Janeiro, en el litoral Atlántico brasilero, pereciendo alrededor de cuatrocientos cincuenta personas entre pasajeros y tripulantes, sobre un total de mil doscientos cincuenta y cinco.

Curiosamente, unos años antes también había naufragado su nave gemela, el Principessa Iolanda.

Como mi madre me decía: Ese día volví a nacer...

12 comentarios:

Stella dijo...

Buen diiiaa

Para mi, el destino es uno de los grandes misterios de la vida. Digo, el por qué pasan determinadas cosas nunca lo sabré.
Evidentemente uno nunca muere en la víspera, como dijo alguien por ahí.
Si la cosa hubiera sido distinta, no estaríamos acá!!

Pobre tu mami, que susto se habrá pegado siendo tan chiquita!!!
Gracias por compartirnos esa historia personal.

Besitoo

hugo dijo...

el alguien por ahí era el autodidacta riojano, creo , no stella

Estrella dijo...

Las historias que más me gustan son esas que circulan de genración en genración. A veces nos damos cuenta demasiado tarde que el gran narrador está ahí, al alcance de la mano.

Stella dijo...

Hugo, sii, ese mismo!!!

Estre, es tan cierto lo que decís! Me perdí tantas historias de mis viejos por estar ocupada "viviendo"!

Anónimo dijo...

Qué cosa...si no se podía EEUU se iba a la Argentina!!!

Estas cosas por un lado me ponen feliz al ver cuan grandes fuimos, y por el otro mucha tristeza al ver también lo que no pudimos ser.

hugo dijo...

estrella: me aferro a mi última tía viva, hermana de mi padre, ella es mi nexo vivo con el pasado.

yo hablaba mucho con mi abuelo y con mi padre tambien, los dos eran contadores de historias, más mi abuelo, especialemte sobre sus peripecias de cuatro años de servicio militar como carabinero en la primera guerra mundial en africa y el norte de italia, donde fue condecorado. cada vez que voy a italia y veo a un carabinero con su uniforme de gala, me recuerda la foto de mi abuelo a sus 18 años!!!

ahora por ejemplo, escucho: di stefano era mejor que maradona, antes tenía a mi padre para preguntarle, ya no... o fangio era mejor que schumacher, idem, pero en fin, así es la vida, no te parece, hay que aceptarlo.

stella: me parecía!!!

iván: en economía eso se llama el segundo mejor.

en esa época, alvear asume en el 22,y quiere abrir la caja de conversión -que se había cerrado cuando comenzó la primera guerra para protger las tenencias de oro- pero le preocupaba una corrida contra el peso y la pérdida del oro, entonces el ministro de hacienda víctor molinas consulta a j p morgan de nueva york por lo que hoy llamaríamos un stan-by, o sea cual era el crédito contingente que tenía en oro la argentina, por si había una corrida.

con lágrimas en los ojos molinas le llevó el cable a alvear, decía: ILIMITADO

como ex banquero te digo que hoy no hay crédito ilimitado para nadie, pero si lo había en aquella época para nuestro país, que por ejemplo tenía subte, cosa que no tenía ninguna ciudad italiana.

en cuanto al pesimismo, no caigas en el, sos jóven todavía, quien te dice el milagro sucede... lo que te conté sucedía solo cuarenta años depues del 80, o sea que vos todavía podés verlo si se produce.

Estrella dijo...

Y la gente grande se siente muy bien contando sus historias, las reviven y les brillan los ojitos.

Marta Salazar dijo...

qué bonito Hugo!

tenemos que agradecerte enormemente que nos cuentes de tu familia, estos relatos son un gran tesoro.

un abrazo fuerte!

hugo dijo...

estrella: vos sabés que mi abuelo cuando contaba sus anécdotas de la guerra, lejos de la nostalgia, primaba en él la épica: sentado se erguía y su voz retumbaba!!! salvando las distancias claro, me hace ahora recordar a la distancia, cuando sarmiento se encontró con san martín y el anaciano general le relataba historias de la campaña de la independencia!!! hasta tenía la nariz aguileña también my abuelo!!!

marta: me alegro que te haya gustado.

a propósito recibiste el mail que te mande ayer al mediodía hora de alemania con la designación del nuevo ambajador argentino en allí?

MarcosKtulu dijo...

Tambien seguiste Contador Hugo!.
Que notable cuando hay un caso de un soldado italiano que se destaca (por lo bueno). No se si viste el jueves el capítulo con los problemas que tenía la entente para mantener a sus soldados peleando. En Francia se amotinaban, en Rusia se resistían a luchar. En Italia...corrían a entregarse a los austríacos. Los que eran un poco más valientes, emprendían el camino de regreso a casa.

hugo dijo...

mi pobre abuelo marcos tuvo que hacer los cuatro años de guerra,por su altura, fue asignado a los carabinieri, la policía militarizada italiana, que todavía existe.

como dije estuvo en africa, donde a raíz de los cambios bruscos de temperatura entre la noche y el día se agarró una bronquitis crónica, y en caporetto y vittorio veneto. allí recibió una condecoración por su valor.

en un gesto muy lindo del gobierno italiano, en 1968, al conmemorarse el cincuentenerio de la victoria, ubicaron a todos los ex combatientes de vittorio veneto en el mundo y crearon la orden de vittorio veneto, que mi abuelo ostentaba con mucho orgullo suyo y de todos nosotros con el grado de comendador.

poco despues de finalizada la guerra, en el año 22, recien casado,pero aún sin hijos, se vino alla américa con toda su familia, padres y hermanos, el era el varón mayor y aquí estamos...

Marta Salazar dijo...

gracias a ti y también es muy bonito lo que nos has contado en el foro, gracias querido Hugo!