Por algún motivo que desconozco, desde la medieval "Guerra de las dos rosas" inglesas, pasando por la "Revolución de las flores" del mayo francés de 1968, luego por la "Revolución de los claveles" portuguesa de 1974 que terminó con el gobierno dictatorial de Marcelo Caetano, continuador del iniciado por Antonio Oliveira Salazar, cuarenta años antes, y a la que siguió en 2003 la pro-occidental "Revolución de la rosa" en Georgia, continuando en 2004 con la "Revolución de los tulipanes" ¿En Holanda? No, en el lejano Kirgistán; hasta llegar a la reciente "Revolución de los jazmines" tunecina de unos días atrás, la floricultura y las revoluciones han quedado asociadas.
Pero además de las flores, otros levantamientos llevaron el nombre de alimentos, como las "revueltas del pan" marroquíes de 1981 y 2007, de tejidos, de los que que registro solo una revolución: la checoeslovaca de "terciopelo" de 1989, de maderas, como la "del cedro" en 2005 en el Líbano, de ropas como la del "jean" en Belarús y de los colores, que le prestaron su nombre a la "naranja"de Ucrania en 2004 y a la "verde" en Irán en 2009.-
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