jueves, 8 de diciembre de 2016

LA VIENA FIN DE SIGLO

Fue Karl Kraus -el hombre solo que hizo él solo un diario entero, La antorcha- quien se refirió a la Viena inmediatamente anterior a la Primera Guerra como "etapa experimental para el hundimiento del género humano". 

No era solamente el derrumbe del imperio de los Habsburgo que sobrevendría concluido el conflicto. 

Lo que Kraus quería decir era que la llamada "Viena moderna" -la que se extendió de 1890 a 1918 y que él mismo moldeó, capital y núcleo de ese imperio que terminaría desintegrándose políticamente- fue el escenario de una formidable crisis cultural y una transformación radical de las artes y del pensamiento. La crítica del lenguaje de Hofmannsthal y Wittgenstein; la renovación de la arquitectura de Adolf Loos; la ruptura del orden tonal en la música; el nacimiento del psicoanálisis freudiano; los orígenes del sionismo de Herzl; la reinvención del diseño industrial, todo eso sucedió en esa ciudad cosmopolita con aire provincial. 

Considerada de esta manera, la Viena moderna constituyó un campo de pruebas para buena parte de la cultura del siglo XX.

PABLO GIANERA, LA NACIÓN DE HOY.-

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