sábado, 13 de julio de 2013

DOS APOCALIPSIS EN EL EGEO- SEGUNDA PARTE

PATMOS

Es una pequeña isla del archipiélago del Dodecaneso, que se caracteriza por su forma de número 8 y las bahías que constituyen un seguro refugio para los barcos que navegan el Egeo.

 
Pero fundamentalmente Patmos es un lugar sagrado para los cristianos, ya que allí San Juan  en el año 95 d.C dictó a su discípulo Prochoros el Apocalipsis, en una gruta que se encuentra en la parte alta de la isla, entre el puerto de Skala y el pueblo de Chora. La misma se encuentra protegido por una construcción, en cuya entrada un mosaico señala el Santo Lugar.
 

 
 
 
Después de descender por una sinuosa escalera se llega a la Gruta, donde está prohibido tomar fotos.
 
Allí se encuentran varios lugares de veneración, como el lecho donde dormía el Apóstol y el nicho, con enmarcado de plata posterior, que le servía de almohada. Al alcance de la mano, en la pared, se encuentra otro pequeño nicho excavado en la roca, también con enmarcado argento. Allí era donde colocaba su mano San Juan para ayudarse a levantar. Los visitantes pueden colocar la suya en el.
 
Otro punto de gran recogimiento lo constituyen las tres grietas en la roca del techo de la Gruta, hechas por la voz de Dios al nombrar el honor de la Santísima Trinidad.
 
La relación de Patmos con San Juan no termina en la Gruta.
 
Cerca de allí, y luego de recorrer un corto y pintoresco camino bordeado de añosas árboles, se llega al gran monasterio fortificado de San Juan el Teólogo, construido en el año 1088 por el beato San Cristodoulos, cuyo impresionante tamaño hace que sea lo primero que se divise en el horizonte al acercarse a la isla.

 

 

De estilo bizantino, se destaca en su interior la iglesia de San Juan, decorada con antiguos iconos, frescos y mosaicos, uno de los cuales señala la entrada al templo
 
 
Entre los diversos tesoros que se encuentran en el museo del monasterio -libros y manuscrito, mosaicos, espléndidos textiles medievales, vestimentas sacras y objetos de culto-
se destacan treinta y tres páginas del Evangelio de San Marco más antiguo que se conoce, estando el resto repartido entre el Museo Vaticano y el British Museum, y el acta de donación de la isla por parte del emperador bizantino Alejo I Comneno al fundador del monasterio.

Enormemente poderoso en la antigüedad por los privilegios que le fueron otorgados, llegó a albergara 1700 monjes -en la actualidad son solo alrededor de 25- pero su patrimonio inmobiliario en distintas islas además de Patmos sigue siendo aún muy importante.-

  



 
 
 

 

 



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