martes, 5 de junio de 2012

EL VATICANO: AHORA TERRENAL Y PROFANO

"El Vaticano vuelve a ser llevado a una dimensión terrenal y profana, en la que casi nadie se salva. El silencio de los episcopados no italianos es el de quien se ha resignado a observar a la distancia una involución que no ve un final feliz, y que pesará cuando llegue la hora de elegir al sucesor de Benedicto XVI"

Massimo Franco, del Corriere della Sera.-

En algunos medios se ha insinuado que las tensiones que están afectando al Vaticano en estos momentos preanuncian un "final de época" -el pontificado de Bendicto XVI- y que los dos bandos tradicionales del Sacro Colegio  -conservadores y progresistas- han comenzado las "maniobras" con miras a asegurarse la designación en el próximo cónclave de un papa que los represente.

Sin embargo, algunos vaticanistas hablan de una "guerra italiana". Yo prefiero llamarlo un conflicto intra Curia.

Veamos:

En primer lugar, el Papa detenta dos poderes, el espiritual -es la autoridad máxima de todos los católicos- y el temporal -como soberano del Estado Vaticano-

Ambos poderes van acompañados de características especiales y diferentes: como autoridad máxima de los católicos, el papa es  infalible cuando se refiere a cuestiones vinculadas con la Fe. Como soberano temporal, su poder -uno de los pocos casos en el mundo actual- es absoluto y se ejerce a través de los dicasterios en que se divide la Curia.

Para poner en perspectiva el poder "elector" de la Curia, basta señalar que en los últimos cien años, seis papas (cinco italianos y un alemán) se desempeñaron antes en la Curia y solo dos papas ocuparon previamente funciones episcopales (Juan Pablo I -italiano- y Juan Pablo II -polaco- siendo este último el primer no italiano en varios siglos en suceder a San Pedro)

Benedicto XVI, además creó durante su pontificado 84 cardenales, muchos de ellos italianos y con funciones en la Curia y de los cuales 70 -o sea más de la mayoría simple- son electores en un eventual cónclave para elegir a su sucesor, sobre un número total de 123.

Los designados fueron propuestos por el segundo en la jerarquía del Estado Vaticano, el cardenal secretario de Estado y Camarlengo Tarcisio_Bertone, un salesiano, colaborador del entonces cardenal Ratzinger y recientemente nuevo en la Curia, a donde ingresó en 1995 para en 2003 asumir funciones episcopales en Génova como arzobispo.

Este y no otro es el motivo que ha desatado las presentes turbulencias vaticanas y su secuela de lamentables filtraciones: el hecho que una sola persona haya colocado, por decirlo de alguna manera, a los protegidos de su protegido en puestos expectantes en la Curia con miras al próximo cónclave.

Algo que si bien, debido a su poder temporal absoluto el papa puede hacer, nunca antes se había ejecutado en tan poco tiempo.

Si bien los dardos de los descontentos apuntan contra Bertone, dado el respaldo que Benedicto XVI le ha proporcionado a su antiguo colaborador desde el comienzo de la crisis, también apuntan contra el, pese a que los descontentos fundamentan su accionar para "proteger" al papa de las "ambiciones" de su protegido...

¿Cuáles ambiciones: ser elegido papa en el próximo cónclave por los cardenales que el propuso y Benedicto creó?

Mientras esto ocurre, los episcopados nacionales toman conciencia del dicho popular que reza que: Dios está en todas partes, pero atiende en Roma...    




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