martes, 17 de abril de 2012

LOS 85 AÑOS DE BENEDICTO XVI Y LA HUMILDAD CRISTIANA

Santo_Tomás_de_Aquino definió a la humildad como una virtud del cristiano.

"Desde la perspectiva de la evolución espiritual, la humildad es una virtud de realismo, pues consiste en ser conscientes de nuestras limitaciones e insuficiencias y en actuar de acuerdo con tal conciencia. Más exactamente, la humildad es la sabiduría de lo que somos. Es decir, es la sabiduría de aceptar nuestro nivel real evolutivo."

Muchas veces he leído en las necrológicas publicadas en el diario, que el difunto "Ha partido a la casa del Padre"

La frase, consoladora para lo deudos, implica, al menos  para mí, una actitud soberbia, lo contrario de la humildad, ya que no está en nosotros el conocimiento de si hemos o no hemos de ser admitidos en la Casa del Señor.

"¡Oh Dios! ¡Ten compasión de mí, que soy pecador!" (Lucas, 18:13)

En tal sentido, las palabras de Benedicto XVI, con motivo de su 85° cumpleaños, creo que arrojan luz sobre este tema, y constituyen un ejemplo de humildad, que los creyentes deberíamos tener siempre presente:

He llegado al último período de mi vida y no sé que me espera. Sé que la luz de Dios está y que él ha resucitado, que su luz es más fuerte de cualquier oscuridad y que la bondad de Dios es más fuerte que cualquier mal de este mundo. Esto me ayuda a proceder con seguridad e ir adelante".-

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