viernes, 9 de marzo de 2012

DESPUÉS DEL CIERRE DEL CANJE DE DEUDA GRIEGA, APARECEN LOS VENDEDORES DE VIDRIOS DE COLORES

Finalmente Grecia reestructuró su deuda.

Veremos ahora como sigue la película. Mi percepción se acerca a la gráfica expresión del analista local Federico Bragagnolo de Econview: "Grecia deberá errar por el desierto de una ardua recuperación antes de poder recuperarse"

En esa lína escribí hace un año y medio el siguiente post: http://hperini.blogspot.com/2011/06/grecia-argentina.html

Luego del "feliz acontecimiento" griego, han aparecido los vendedores de vidrios de colores, que ahora aconsejan a otros deudores en problemas, como Portugal e Irlanda, que canjeen sus bonos por otros que se acojan a una "jurisdicción extranjera", para de ese modo recibir una rebaja en la tasa de interés sobre los actuales, emitidos bajo la jurisdicción local del deudor.

Permítaseme antes de seguir, una disgresión sobre las "jurisdicciones"

Cuando se emite deuda soberana, ésta puede quedar bajo la jurisdicción de la ley del país emisor, o por el contrario de otro país, o una combinación de ambas, como ocurrió con la reestructuración de la deuda argentina de 2005.

La jurisdicción extranjera es más protectiva de los intereses de los acreedores, ya que impide medidas unilaterales -no pago- de parte el deudor. Por ello, los bonos emitidos bajo esta modalidad tienen un valor mayor en el mercado que los emitidos bajo la jurisdicción local, debido a su menor "prima de riesgo"

El "canto de sirena" que se les hace escuchar ahora a Portugal e Irlanda es: canjeen los bonos con jurisdicción local por otros con jurisdicción externa, y les bajamos los intereses sobre los nuevos.

Lo que lo cantantes parecen estar previendo entonces es que ni Portugal (sus bonos cotizan al 50% de su valor) ni Irlanda (los suyos valen el 90%) podrán honrar sus compromisos, de ahí el interés en canjearlos voluntariamente, antes de una refinanciación compulsiva como la argentina y griega, a cambio de una ¿modesta? reducción en la tasa de interés, pero manteniendo incólumne al capital.

Frente a esta pretensión, mis ancestros romanos decían "ante el vicio de pedir, está la virtud de no dar"

Por ello, mi modesto consejo a las autoridades de ambos países, es que desoigan los "cantos de sirena" de los "vendedores de vidrios de colores" y no hagan nada AHORA, porque el tiempo corre a favor de los endeudados, o sea de ellos.-

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